¿Somos iguales? ¿Miente la Constitución?
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¿Somos iguales? ¿Miente la Constitución?
LA IGUALDAD Y LOS PRIVILEGIOS LEGALES
Hay un principio jurídico establecido por el emperador del s.VI Justiniano según el cual "la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho" Una definición que se recoge del jurista de fines del siglo II y comienzos del III Ulpiano ["Constans et perpetua voluntas jus suum cuique tribuendi". Dig. 1.1.10].
La consideración del mismo permite comprender que no hay engaño cuando la Constitución democrática actual señala en su artículo 14 que "los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social"
No es falso porque se apoya en ese principio justinianeo, básico en el derecho romano del que somos deudores, de que 'justicia' es dar a cada uno le corresponde de acuerdo con su derecho. O sea que todos somos iguales ante la ley que nos corresponda, pero la ley no es la misma para todos, sino que los privilegios siguen existiendo legalmente como siempre. Por eso el rey es legalmente irresponsable, los políticos tienen privilegios que ellos mismos se autoconceden legalmente, o los andaluces pagamos muchos más impuestos sucesorios que gran parte de los demás españoles que son también iguales ante la ley.
El problema de comprensión puede residir en que entendemos de forma equivocada el texto constitucional, que no proclama que la ley es la misma para todos (como tendemos a pensar), que no lo es, sino que todos somos iguales ante la ley (que nos corresponda), que no es lo mismo. Los privilegios se eliminan sólo entre los que están sujetos a una misma ley, pero siguen existiendo desde el punto y hora de que no todos nos regimos por los mismos principios legales.
En la época de Justiniano, cuando se estableció por escrito el precepto, se tenía claro que somos desiguales. El principio racional de igualdad no se impondrá hasta el siglo XIX, tras las revoluciones racionalistas anteriores que buscaban acabar con el poder exclusivista de los nobles (civiles o religiosos) y dárselo a la burguesía. No cabe interpretar el principio justinianeo (muy preciso) en términos de igualdad de ley para todos, sino de igualdad ante la ley prescrita.
Algunos de esos privilegios que establece la ley constitucional española actual están considerados en http://www.eldiario.es/escolar/Iguales-ley-dice_6_118348193.html
Hay un principio jurídico establecido por el emperador del s.VI Justiniano según el cual "la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho" Una definición que se recoge del jurista de fines del siglo II y comienzos del III Ulpiano ["Constans et perpetua voluntas jus suum cuique tribuendi". Dig. 1.1.10].
La consideración del mismo permite comprender que no hay engaño cuando la Constitución democrática actual señala en su artículo 14 que "los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social"
No es falso porque se apoya en ese principio justinianeo, básico en el derecho romano del que somos deudores, de que 'justicia' es dar a cada uno le corresponde de acuerdo con su derecho. O sea que todos somos iguales ante la ley que nos corresponda, pero la ley no es la misma para todos, sino que los privilegios siguen existiendo legalmente como siempre. Por eso el rey es legalmente irresponsable, los políticos tienen privilegios que ellos mismos se autoconceden legalmente, o los andaluces pagamos muchos más impuestos sucesorios que gran parte de los demás españoles que son también iguales ante la ley.
El problema de comprensión puede residir en que entendemos de forma equivocada el texto constitucional, que no proclama que la ley es la misma para todos (como tendemos a pensar), que no lo es, sino que todos somos iguales ante la ley (que nos corresponda), que no es lo mismo. Los privilegios se eliminan sólo entre los que están sujetos a una misma ley, pero siguen existiendo desde el punto y hora de que no todos nos regimos por los mismos principios legales.
En la época de Justiniano, cuando se estableció por escrito el precepto, se tenía claro que somos desiguales. El principio racional de igualdad no se impondrá hasta el siglo XIX, tras las revoluciones racionalistas anteriores que buscaban acabar con el poder exclusivista de los nobles (civiles o religiosos) y dárselo a la burguesía. No cabe interpretar el principio justinianeo (muy preciso) en términos de igualdad de ley para todos, sino de igualdad ante la ley prescrita.
Algunos de esos privilegios que establece la ley constitucional española actual están considerados en http://www.eldiario.es/escolar/Iguales-ley-dice_6_118348193.html
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
Re: ¿Somos iguales? ¿Miente la Constitución?
Me dice por carta David Florido:
He subido esta respuesta en el foro, pero no estoy seguro de haberlo resuelto técnicamente bien. Por tanto, te la dejo por aquí también:
Luis Dumont establece una frontera cultural (política, económica, ideológica, social) entre 'Homo Hierarchicus' y 'Homo Aequalis', para explicar el sistema de castas de distintas sociedades orientales. Podemos aplicar el carácter "sagrado", de arriba a abajo, de la categoría jerárquica a todas las sociedades pre-modernas mediterráneas: el clientelismo, por ejemplo es su mejor expresión política; la economía de prestigio, basada en esa misma jerarquía, su mejor expresión económica. El que es más, tiene más responsabilidad política, tiene que dar más, a cambio de mantener su posición preeminente.
Un sistema muy estable, a pesar de las intrigas entre los 'potentiores' [los más poderosos].
Luis Dumont establece una frontera cultural (política, económica, ideológica, social) entre 'Homo Hierarchicus' y 'Homo Aequalis', para explicar el sistema de castas de distintas sociedades orientales. Podemos aplicar el carácter "sagrado", de arriba a abajo, de la categoría jerárquica a todas las sociedades pre-modernas mediterráneas: el clientelismo, por ejemplo es su mejor expresión política; la economía de prestigio, basada en esa misma jerarquía, su mejor expresión económica. El que es más, tiene más responsabilidad política, tiene que dar más, a cambio de mantener su posición preeminente.
Un sistema muy estable, a pesar de las intrigas entre los 'potentiores' [los más poderosos].
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
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