Homosexualidad animal y cultura
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Homosexualidad animal y cultura
La homosexualidad en el mundo animal
En la institución que antes de ser sede de la Universidad de Sevilla fue una Fábrica de Tabacos, encontramos una imagen de las Cigarreras de Gonzalo Bilbao: "En España, en las fábricas donde se contrata a muchas mujeres adultas, especialmente en la gran fábrica de tabaco de Sevilla, las relaciones lesbianas parecen ser frecuentes. Aquí las mujeres trabajan en un entorno donde los veranos son tan calurosos que se tienen que quitar gran parte de la ropa que llevan puesta, hasta el punto que un timbre avisa cuando viene un visitante, para que las mujeres se cubran un poco." (Sexual Inversión", de Havelock Elhs (1897)).
El trabajo realizado en etología no puede incidir en las connotaciones culturales, es decir, no podemos llevar esas premisas al mundo animal. Aun así la palabra o concepto homosexual, tiene connotaciones muy fuertes. En este sentido, para las especies animales hermafroditas, las catalogadas como "relaciones homosexuales" carecen de sentido. Aunque debemos partir de que no se puede aplicar al mundo animal, así pese a eso nos veremos obligados a utilizarla como un genérico.
¿Cuántas especies muestran comportamientos “homosexuales”?
Pues tenemos el caso del Bisonte Americano, con una copula y penetración total. Tenemos más de 1.500 especies que mantienen "relaciones homosexuales". Además cuando a veces se han estudiado y se han visto estos comportamientos sexuales, cuando han salido a la luz, los estudiosos han sido atacados por los diversos sectores de la sociedad -a quienes incluso llegaban a acusar de homosexuales- y criticados por la Iglesia Católica. Por otra parte los primeros investigadores que vieron estos comportamientos no estaban preparados para asimilarlos. A pesar de eso, tenemos que unas 2.000 especies que, de manera general, tienen como algo asumido y totalmente extendido el "bisexualismo". Los prejuicios que arrastran estas tendencias hacen que se hayan pasado por alto muchas poblaciones con estos comportamientos. Por ejemplo una colonia de albatros de Laysan en Hawaii que llevaba más de 50 años siendo estudiada, no fue hasta hace unos 8 años, tras la investigación de una bióloga con una perspectiva diferente, que se descubrió que 1/3 de las parejas de esa colonia estaban formadas por parejas hembras. Se apareaban con machos, pero después criaban a sus crías con sus respectivas parejas. En este sentido encontrarnos este tipo de comportamiento en muchas aves.
El análisis de los animales de las sabanas también ha estado dirigido por una visión hetero-céntrica. La visión imperante postulaba en que si el fin de las relaciones sexuales en el ser humano era la reproducción, mucho más lo sería en los animales. Para seguir describiendo comportamientos, es importante recalcar que no existe en el mundo animal ni lo hetero ni lo homosexual, y en el ser humano solo existe en los comportamientos culturales.
En relación a la jirafa, en la sabana africana, el 90 % de parejas se forman entre los machos, y por tanto hay comportamientos homosexuales. Decir eso es plantear el sexo como algo vinculado a la reproducción, es decir, un prejuicio cultural de la moral cristiana y católica [y de muchas otras] que se lleva al mundo animal. El sexo no reproductivo parece estar mucho más extendido entre los animales no racionales de lo que se querría pensar….. (Sigue el texto original)
[Tomado de la presentación que se ha hecho de la conferencia del Dr. J. Castillo Segura, Profesor titular del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla, en las III Jornadas de Homosexualidad y Bisexualidad publicadas en fanzine -o publicación temática realizada por y para aficionados- que acaba de ver la luz].
COMENTARIO: He extraído este fragmento sólo para llamar la atención –una vez más- sobre el peligro que ofrece para el conocimiento confundir racionalidad con realidad (acabo de ver en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla un cartel de una actividad que contrapone el mito y la realidad, algo que es tan frecuente como poco racional). La razón divide metodológicamente nuestra percepción de la realidad en partes para, por contraposición, ir depurando su conocimiento. De esta manera nuestras creencias básicas (axiomas) van siendo sustituidas por otras más elaboradas, lo que desde el punto de vista funcional es muy útil… siempre que no se confunda la percepción nueva de la realidad con la realidad misma. Así, por ejemplo, la contraposición de heterosexualidad y homosexualidad puede tener un valor clasificatorio social interesante; pero la realidad se nos muestra más compleja, como observamos al considerar la conducta de otros animales que no han desarrollado cultura como nosotros. La represión y canalización de los instintos sexuales ha sido básica en el desarrollo de la cultura, y esta nos ha permitido tener mayor esperanza de vida como individuos (no sabemos si también como especie), pero no deja de ser molesta: la virtud reprime el placer y lo sublima. De ahí que con el avance de la propia cultura hayamos empezado a distinguir racionalmente el aspecto placentero del reproductor en la sexualidad, lo que obliga a reconsiderar el aspecto social de los comportamientos hetero- y homosexuales. Por eso luchan los que se sienten discriminados. No entro en consideraciones de bueno o malo, que no corresponden a un planteamiento científico como el que se pretende. Lo mismo pienso del contrato matrimonial, que entiendo que habrá que replantearlo igualmente para adaptarlo al tipo de sociedad que tenemos.
Los tabúes y las leyes (dos escalones de la misma escalera) han sido siempre los fundamentos de la cultura y de eso espero hablar en público el 6 de Octubre en el marco del curso sobre “Tabúes y prohibiciones religiosas en las sociedades antiguas”, organizado por el Dpto. de Prehistoria y Arqueología y el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla, del que adjunto programa y al que te invito a asistir, estés matriculado/a o no.
Y recuerda siempre: La razón destruye un pre-juicio y lo convierte en juicio; pero si el razona miento se para ahí, inmediatamente se convertirá en un nuevo prejuicio. El mito siempre tiende a imponerse.
En la institución que antes de ser sede de la Universidad de Sevilla fue una Fábrica de Tabacos, encontramos una imagen de las Cigarreras de Gonzalo Bilbao: "En España, en las fábricas donde se contrata a muchas mujeres adultas, especialmente en la gran fábrica de tabaco de Sevilla, las relaciones lesbianas parecen ser frecuentes. Aquí las mujeres trabajan en un entorno donde los veranos son tan calurosos que se tienen que quitar gran parte de la ropa que llevan puesta, hasta el punto que un timbre avisa cuando viene un visitante, para que las mujeres se cubran un poco." (Sexual Inversión", de Havelock Elhs (1897)).
El trabajo realizado en etología no puede incidir en las connotaciones culturales, es decir, no podemos llevar esas premisas al mundo animal. Aun así la palabra o concepto homosexual, tiene connotaciones muy fuertes. En este sentido, para las especies animales hermafroditas, las catalogadas como "relaciones homosexuales" carecen de sentido. Aunque debemos partir de que no se puede aplicar al mundo animal, así pese a eso nos veremos obligados a utilizarla como un genérico.
¿Cuántas especies muestran comportamientos “homosexuales”?
Pues tenemos el caso del Bisonte Americano, con una copula y penetración total. Tenemos más de 1.500 especies que mantienen "relaciones homosexuales". Además cuando a veces se han estudiado y se han visto estos comportamientos sexuales, cuando han salido a la luz, los estudiosos han sido atacados por los diversos sectores de la sociedad -a quienes incluso llegaban a acusar de homosexuales- y criticados por la Iglesia Católica. Por otra parte los primeros investigadores que vieron estos comportamientos no estaban preparados para asimilarlos. A pesar de eso, tenemos que unas 2.000 especies que, de manera general, tienen como algo asumido y totalmente extendido el "bisexualismo". Los prejuicios que arrastran estas tendencias hacen que se hayan pasado por alto muchas poblaciones con estos comportamientos. Por ejemplo una colonia de albatros de Laysan en Hawaii que llevaba más de 50 años siendo estudiada, no fue hasta hace unos 8 años, tras la investigación de una bióloga con una perspectiva diferente, que se descubrió que 1/3 de las parejas de esa colonia estaban formadas por parejas hembras. Se apareaban con machos, pero después criaban a sus crías con sus respectivas parejas. En este sentido encontrarnos este tipo de comportamiento en muchas aves.
El análisis de los animales de las sabanas también ha estado dirigido por una visión hetero-céntrica. La visión imperante postulaba en que si el fin de las relaciones sexuales en el ser humano era la reproducción, mucho más lo sería en los animales. Para seguir describiendo comportamientos, es importante recalcar que no existe en el mundo animal ni lo hetero ni lo homosexual, y en el ser humano solo existe en los comportamientos culturales.
En relación a la jirafa, en la sabana africana, el 90 % de parejas se forman entre los machos, y por tanto hay comportamientos homosexuales. Decir eso es plantear el sexo como algo vinculado a la reproducción, es decir, un prejuicio cultural de la moral cristiana y católica [y de muchas otras] que se lleva al mundo animal. El sexo no reproductivo parece estar mucho más extendido entre los animales no racionales de lo que se querría pensar….. (Sigue el texto original)
[Tomado de la presentación que se ha hecho de la conferencia del Dr. J. Castillo Segura, Profesor titular del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla, en las III Jornadas de Homosexualidad y Bisexualidad publicadas en fanzine -o publicación temática realizada por y para aficionados- que acaba de ver la luz].
COMENTARIO: He extraído este fragmento sólo para llamar la atención –una vez más- sobre el peligro que ofrece para el conocimiento confundir racionalidad con realidad (acabo de ver en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla un cartel de una actividad que contrapone el mito y la realidad, algo que es tan frecuente como poco racional). La razón divide metodológicamente nuestra percepción de la realidad en partes para, por contraposición, ir depurando su conocimiento. De esta manera nuestras creencias básicas (axiomas) van siendo sustituidas por otras más elaboradas, lo que desde el punto de vista funcional es muy útil… siempre que no se confunda la percepción nueva de la realidad con la realidad misma. Así, por ejemplo, la contraposición de heterosexualidad y homosexualidad puede tener un valor clasificatorio social interesante; pero la realidad se nos muestra más compleja, como observamos al considerar la conducta de otros animales que no han desarrollado cultura como nosotros. La represión y canalización de los instintos sexuales ha sido básica en el desarrollo de la cultura, y esta nos ha permitido tener mayor esperanza de vida como individuos (no sabemos si también como especie), pero no deja de ser molesta: la virtud reprime el placer y lo sublima. De ahí que con el avance de la propia cultura hayamos empezado a distinguir racionalmente el aspecto placentero del reproductor en la sexualidad, lo que obliga a reconsiderar el aspecto social de los comportamientos hetero- y homosexuales. Por eso luchan los que se sienten discriminados. No entro en consideraciones de bueno o malo, que no corresponden a un planteamiento científico como el que se pretende. Lo mismo pienso del contrato matrimonial, que entiendo que habrá que replantearlo igualmente para adaptarlo al tipo de sociedad que tenemos.
Los tabúes y las leyes (dos escalones de la misma escalera) han sido siempre los fundamentos de la cultura y de eso espero hablar en público el 6 de Octubre en el marco del curso sobre “Tabúes y prohibiciones religiosas en las sociedades antiguas”, organizado por el Dpto. de Prehistoria y Arqueología y el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla, del que adjunto programa y al que te invito a asistir, estés matriculado/a o no.
Y recuerda siempre: La razón destruye un pre-juicio y lo convierte en juicio; pero si el razona miento se para ahí, inmediatamente se convertirá en un nuevo prejuicio. El mito siempre tiende a imponerse.
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
La respuesta de la biología.
La biología ha planteado una posibilidad que apoya esta visión antropológica de la homosexualidad en el reino animal. Existe un ensayo de una bióloga norteamericana, Joan Roughgarden, que recientemente ha expuesto una teoría de la selección social de las especias que sin oponerse a la selección sexual de Darwin, sí la complementa. El libro se llama Evolution´s Raimbow. Una de las ideas que mayor controversia ha creado es determinar la certeza de la homosexualidad en el reino animal. La autora lo considera fruto de una serie de factores, uno de ellos, la transexualidad y de hecho, afirma en su obra la posibilidad de algunas especies de mutar su sexualidad según determinadas condiciones o necesidades. Recuerdo un argumento similar en la película Parque Jurásico (Steven Spielberg): los científicos del parque crearon vida de dinosaurios siguiendo el principio del control de la especie, determinaban la sexualidad desde el proceso de la mitosis del embrión. Sólo hembras, creo. Pero al final descubrieron nuevos huevos, ¿cómo era posible? “La vida se abría camino”. Creo que Darwin, e incluso Lamarck, no estarían de acuerdo a esta posibilidad.
Clio- Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 23/09/2011
Re: Homosexualidad animal y cultura
Desde los humildes gusanos y las moscas, hasta las aves y los delfines. La tendencia homosexual en el reino animal constituye un fenómeno universal demostrado en prácticamente todas las especies. Lo que se desconocía hasta ahora es que el comportamiento homosexual entre los machos resulta fuertemente atractivo para las hembras, según se desprende de un reciente estudio publicado por la Royal Society británica.
A diferencia de lo que se pudiera pensar, el apareamiento entre animales del mismo sexo incrementa las posibilidades de que acaben manteniendo relaciones heterosexuales con algún otro miembro de su especie.
Generalmente, las hembras eligen a sus compañeros atendiendo a criterios sociales y vínculos que el macho establece con los seres que le rodean. De forma similar a lo que ocurre en las relaciones humanas, el que un animal sea deseado por varias compañeras de su entorno le hace siempre más atractivo y se repite prácticamente en todas las especies. No obstante, un experimento abordado con varios ejemplares del pez poecilia mexicana evidenció que aquellos que presentaban conductas homosexuales y resultaban más sugerentes entre los machos, también atraían a las hembras más que sus “colegas” heteros.
Para abordar la investigación, científicos del departamento de ecología y evolución de la Universidad de Frankfurt seleccionaron crías de esta variedad de peces recogidos en Tampico, en el norte de México, y posteriormente las mantuvieron durante un tiempo en un laboratorio a fin de que todos partiesen de una misma situación inicial. Los especialistas se centraron fundamentalmente en examinar la fertilización interna de esta especie vivípara, caracterizada por un promiscuo sistema de apareamiento y reproducción.
Pequeños y poco vistosos
Por lo general, el comportamiento homosexual se apreció regularmente en los ejemplares con un cuerpo pequeño y de color poco vistoso. El resto de los machos presentaban un tamaño mayor y una piel más colorida y llamativa, y se centraban en defender agresivamente los bancos de hembras, impidiendo que el resto de subordinados tuviera acceso a ellas.
“Ellas” mostraron en un principio una preferencia de apareamiento por los peces grandes, típicamente dominantes, obligando a los ejemplares pequeños y medianos, radicados en la periferia de los bancos, a explotar directamente el comportamiento homosexual como una estrategia para solicitar apareamiento consensual.
Tras numerosas pruebas en las que se mostraron vídeos con distintos ejemplares de peces de la misma especie interactuando entre sí los resultados del experimento demostraron que aquellos menos atractivos (por razón de su tamaño y color) dejaban de serlo en la medida en que comenzaban a interactuar con otros de su mismo sexo.
Distinguir a los gays
Por otro lado, se corroboró la tendencia de que los bancos de peces se forman en función de su sexo y que las hembras son perfectamente capaces de distinguir ente episodios homosexuales y heterosexuales.
Una vez que son conscientes de que se hallan ante un pez gay, su impresión inicial guiada por el aspecto físico de los peces dominantes quedará anulada por el comportamiento homosexual y los vínculos establecidos entre ellos, terminando en muchos casos en situaciones de bisexualidad.
En general, todas aquellas especies en las que la homosexualidad sólo se da en los machos como en algunas variedades de pájaros, la atracción femenina hacia sus compañeros gays deriva en bisexualidad, según sentencia este minucioso estudioso. Y es que, como decía el gran Woody Allen, la bisexualidad duplica las oportunidades de conseguir una cita un sábado por la noche.
http://www.abcdesevilla.es/ciencia/20121212/abci-peces-homosexuales-atractivos-para-201212111631.html
A diferencia de lo que se pudiera pensar, el apareamiento entre animales del mismo sexo incrementa las posibilidades de que acaben manteniendo relaciones heterosexuales con algún otro miembro de su especie.
Generalmente, las hembras eligen a sus compañeros atendiendo a criterios sociales y vínculos que el macho establece con los seres que le rodean. De forma similar a lo que ocurre en las relaciones humanas, el que un animal sea deseado por varias compañeras de su entorno le hace siempre más atractivo y se repite prácticamente en todas las especies. No obstante, un experimento abordado con varios ejemplares del pez poecilia mexicana evidenció que aquellos que presentaban conductas homosexuales y resultaban más sugerentes entre los machos, también atraían a las hembras más que sus “colegas” heteros.
Para abordar la investigación, científicos del departamento de ecología y evolución de la Universidad de Frankfurt seleccionaron crías de esta variedad de peces recogidos en Tampico, en el norte de México, y posteriormente las mantuvieron durante un tiempo en un laboratorio a fin de que todos partiesen de una misma situación inicial. Los especialistas se centraron fundamentalmente en examinar la fertilización interna de esta especie vivípara, caracterizada por un promiscuo sistema de apareamiento y reproducción.
Pequeños y poco vistosos
Por lo general, el comportamiento homosexual se apreció regularmente en los ejemplares con un cuerpo pequeño y de color poco vistoso. El resto de los machos presentaban un tamaño mayor y una piel más colorida y llamativa, y se centraban en defender agresivamente los bancos de hembras, impidiendo que el resto de subordinados tuviera acceso a ellas.
“Ellas” mostraron en un principio una preferencia de apareamiento por los peces grandes, típicamente dominantes, obligando a los ejemplares pequeños y medianos, radicados en la periferia de los bancos, a explotar directamente el comportamiento homosexual como una estrategia para solicitar apareamiento consensual.
Tras numerosas pruebas en las que se mostraron vídeos con distintos ejemplares de peces de la misma especie interactuando entre sí los resultados del experimento demostraron que aquellos menos atractivos (por razón de su tamaño y color) dejaban de serlo en la medida en que comenzaban a interactuar con otros de su mismo sexo.
Distinguir a los gays
Por otro lado, se corroboró la tendencia de que los bancos de peces se forman en función de su sexo y que las hembras son perfectamente capaces de distinguir ente episodios homosexuales y heterosexuales.
Una vez que son conscientes de que se hallan ante un pez gay, su impresión inicial guiada por el aspecto físico de los peces dominantes quedará anulada por el comportamiento homosexual y los vínculos establecidos entre ellos, terminando en muchos casos en situaciones de bisexualidad.
En general, todas aquellas especies en las que la homosexualidad sólo se da en los machos como en algunas variedades de pájaros, la atracción femenina hacia sus compañeros gays deriva en bisexualidad, según sentencia este minucioso estudioso. Y es que, como decía el gran Woody Allen, la bisexualidad duplica las oportunidades de conseguir una cita un sábado por la noche.
http://www.abcdesevilla.es/ciencia/20121212/abci-peces-homosexuales-atractivos-para-201212111631.html
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
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