Merced y economía de prestigio

Genaro Chic Mar Mayo 21, 2019 6:04 pm

Merced y economía de prestigio

Los latinos llamaron merx, mercis a las 'provisiones', 'víveres' y 'vituallas' que se vendían en el comercio, y de allí salieron las palabras mercadería y mercado.

El precio de esas mercaderías se llamaba merces, mercium, pero con el tiempo se empleó también para designar el precio pagado a una persona por un servicio, como ocurría en Roma con los mercenarii, los soldados que se enrolaban por dinero.

Poco a poco, merces fue adquiriendo el sentido de 'recompensa, dádiva o favor que se otorga a alguien gratuitamente', que es la denotación con que llegó a nosotros la palabra merced.

Y como los católicos suelen pedir a la Virgen favores o mercedes, surgió en Barcelona el culto a Nuestra Señora de la Merced, que dio lugar al nombre propio de mujer Mercedes. A pesar de ser típicamente español, en 1889 fue bautizada así una bebita vienesa de apellido Jellinek. Años más tarde, su padre, Emil Jellinek, se asoció al fabricante de automóviles Gottlieb Daimler para construir un automóvil moderno y lujoso. El modelo tuvo un éxito tan arrollador que su nombre, Mercedes, fue adoptado para todos los automóviles fabricados por Daimler. Esta historia la relata Fernando A. Navarro en su libro Parentescos insólitos del idioma, en el que cuenta que, cuando comenta en algún país de Europa central que su hermana se llama Mercedes, la reacción es sorprendente: «¡A quién se le ocurre ponerle a una niña nombre de coche!».

Ricardo Soca, La palabra del día. 12 octubre 2018.

NOTA:

Posiblemente el origen de la palabra se encontrase antes en la economía de prestigio que en la de mercado, pero el predominio de esta última en nuestra mentalidad social actual puede haber llevado a este estudioso de la lengua, que no distingue tipos, a la confusión.

Resulta obvio que la palabra "merced" tiene el mismo origen que la palabra "mercado": la latina merx (-cis), igual que "mercancía". Y que la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, fue fundada (en 1218) por el joven mercader de paños catalán Pedro Nolasco.

"Merced" sin embargo siguió teniendo el sentido de realización de una buena acción sin esperar nada a cambio, base de la Economía de Prestigio, pero fue evolucionando desde muy pronto hacia un sentido interesado (do ut des, "te doy para que me des") y de ahí hacia la "mercancía" propia de la Economía de Mercado, donde predomina ya el carácter impersonal de la relación (donde no es necesario que el productor y el consumidor se conozcan para nada, intermediando el comerciante o "compartidor de mercedes").

No hay corte absoluto entre un tipo de economía y la otra pues, y no es difícil que se puedan combinar, como vemos a diario, sobre todo en las sociedades que seguimos siendo bastante clientelares. Igual que no hay corte entre la esclavitud antigua y la moderna (trata de blancas, por ejemplo, bastante tolerada en la práctica, aunque la verdad nos haga daño).