Dinero negro, dinero blanco, dinero gris
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Dinero negro, dinero blanco, dinero gris
En nuestros estados actuales se llama dinero blanco a aquél que está controlado por el Estado. Por el contrario, dinero negro es el que manejan los individuos sin el control fiscal de aquél.
En cualquier caso, lo significativo del sistema de mercado es que necesita definir al dinero en uno u otro extremo de la banda: blanco o negro, lo que es un indicio de racionalidad, en cuanto que se definen muy bien los límites de lo que se pretende definir.
Pero entre uno y otro extremo se sitúa el que podríamos definir como dinero gris, que no es legal ni ilegal, sino alegal. Se encuentra a gusto en el marco de la comunidad (de base emocional), pero no en el del estado (de base racional). En este marco se exige la operación de lavado, para que todo parezca blanco aunque sea negro en origen. Una operación que se nos antoja como obra de brujas (de mujeres en suma), especialistas en deslizarse entre lo blanco y lo negro y viceversa, y por consiguiente inquietantes. ¿Dónde están aquí los límites? En lo blanco y lo negro marcado por el masculino Estado -montado sobre el monopolio de la fuerza física- que son los que definen los límites de todo lo gris.
Es interesante cómo, en el Estado capitalista, las tendencias individualizadoras buscan el predominio de lo negro, suprimiendo las colectivistas del Estado, en tanto que éstas buscan el blanqueo del dinero. De ahí lo interesante que resulta, desde el punto de vista del analizador histórico, la tendencia al acercamiento que siempre se suele dar entre ambas posiciones, buscando un equilibrio: así, las mafias quieren blanquear su dinero, al tiempo que procuran que el control del Estado sea cada vez menor, acercándose así a la postura de las mafias, cuya influencia en el Estado –con su capacidad de crear dinero negro para los partidos políticos que lo necesitan- es cada vez mayor. Posiblemente sea éste el anarquismo capitalista del que habla U. Beck.
Por otro lado, rotos los límites físicos del dinero, una vez superado el patrón oro como moneda limitada, la creación de un dinero computacional está exigiendo unos límites que sólo le puede adjudicar un Estado. Esto es comprendido, a regañadientes, por los partidarios del anarquismo-capitalismo. Una prueba de ello es la elección de un presidente negro y de clase media para regir los destinos de la nación más liberal en materia capitalista. Al final, tras los excesos en la creación de dinero separado de la riqueza que representa, ha exigido la búsqueda de una estricta gobernanta.
En cualquier caso, lo significativo del sistema de mercado es que necesita definir al dinero en uno u otro extremo de la banda: blanco o negro, lo que es un indicio de racionalidad, en cuanto que se definen muy bien los límites de lo que se pretende definir.
Pero entre uno y otro extremo se sitúa el que podríamos definir como dinero gris, que no es legal ni ilegal, sino alegal. Se encuentra a gusto en el marco de la comunidad (de base emocional), pero no en el del estado (de base racional). En este marco se exige la operación de lavado, para que todo parezca blanco aunque sea negro en origen. Una operación que se nos antoja como obra de brujas (de mujeres en suma), especialistas en deslizarse entre lo blanco y lo negro y viceversa, y por consiguiente inquietantes. ¿Dónde están aquí los límites? En lo blanco y lo negro marcado por el masculino Estado -montado sobre el monopolio de la fuerza física- que son los que definen los límites de todo lo gris.
Es interesante cómo, en el Estado capitalista, las tendencias individualizadoras buscan el predominio de lo negro, suprimiendo las colectivistas del Estado, en tanto que éstas buscan el blanqueo del dinero. De ahí lo interesante que resulta, desde el punto de vista del analizador histórico, la tendencia al acercamiento que siempre se suele dar entre ambas posiciones, buscando un equilibrio: así, las mafias quieren blanquear su dinero, al tiempo que procuran que el control del Estado sea cada vez menor, acercándose así a la postura de las mafias, cuya influencia en el Estado –con su capacidad de crear dinero negro para los partidos políticos que lo necesitan- es cada vez mayor. Posiblemente sea éste el anarquismo capitalista del que habla U. Beck.
Por otro lado, rotos los límites físicos del dinero, una vez superado el patrón oro como moneda limitada, la creación de un dinero computacional está exigiendo unos límites que sólo le puede adjudicar un Estado. Esto es comprendido, a regañadientes, por los partidarios del anarquismo-capitalismo. Una prueba de ello es la elección de un presidente negro y de clase media para regir los destinos de la nación más liberal en materia capitalista. Al final, tras los excesos en la creación de dinero separado de la riqueza que representa, ha exigido la búsqueda de una estricta gobernanta.
Última edición por Genaro Chic el Miér Sep 04, 2013 10:48 am, editado 1 vez
Genaro Chic- Mensajes : 729
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Re: Dinero negro, dinero blanco, dinero gris
Una información publicada en la página 41de la sección de Economía de la edición impresa del día 08 de junio de 2010 de El Periódico, viene a incidir sobre la importancia del tema anteriormente expuesto por mí hace unos meses:
Dinero negro en el blanco
Varias entidades propugnan medidas para aflorar capital que está oculto en otros países H Los expertos aconsejan emitir deuda a un interés inferior al de mercado
AGUSTÍ SALA / Barcelona
Lo hizo Italia. También Portugal. Y en España hubo dos grandes operaciones para aflorar dinero negro. Una en 1977, con la democracia recién nacida, para poner en marcha un sistema fiscal homologable al resto de Europa; y otra a principios de los 90, con Felipe González como presidente del Gobierno.
El Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero descarta totalmente una iniciativa de esta naturaleza, muy difícil de vender a un electorado de izquierdas. Y más cuando el 1 de julio subirá dos puntos el IVA –hasta el 18%–, un tributo que paga todo el mundo independientemente de su renta. Y también cuando se preparan alzas del IRPF para los ingresos más altos, los asalariados que más ganan, en autonomías como Catalunya y el Gobierno también las estudia.
Pero el dinero negro son recursos que serían extremadamente útiles en un momento de elevado déficit y deuda públicas, que han conducido a recortes sociales. La última estimación, realizada por el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) cifraba el importe la economía sumergida en España en el 23,3% del producto interior bruto (PIB) –casi 245.000 millones de euros el año pasado–. Eso supondría que casi uno de cada cuatro euros de la riqueza que se generó en el país eludió el pago al fisco.
«Cuanto más efectivo circula, más economía sumergida existe. Y en España el volumen de efectivo es alto y además, casi el 70% está en billetes de 500 euros», explica a modo de prueba, José María Mollinedo, secretario de Gestha. Este colectivo, como los inspectores de Hacienda integrados en IHE, defiende mayores esfuerzos en la lucha contra el fraude y rechaza iniciativas que «asienten la idea de que la conducta de los defraudadores, antes o después, quedará impune».
En todo caso, la cuestión no es solo sacar a la luz este ingente volumen de recursos sino cómo. El
Col.legi de Gestors Administratius de Catalunya ha sido uno de los más activos en el último año en la petición de una medida así. Los partidos hablan de ello con mayor pudor.
En cualquier caso no se trataría de un perdón total. Jordi Altayó, presidente de la comisión fiscal de este colegio, defiende la emisión de deuda especial al 0% a un plazo de cuatro años y un día, con una penalización del 2% sobre el capital aflorado. El plazo supera el periodo a partir del cual prescriben las infracciones tributarias. «Eso, dice, equivaldría a un coste real inferior al 10% para el implicado, que seguiría siendo mucho más atractivo que el tipo marginal máximo del 43% en el impuesto de la renta, o más elevado como prevé, por ejemplo, Catalunya».
No todo el mundo lo ve igual. Valentí Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas, solo cree lógica una iniciativa así «dentro de un plan global de actuación para recortar el gasto público y aumentar los ingresos, no como una medida en solitario».
Tampoco es seguro que tenga éxito. Por ejemplo, en 1991, «se encargaron por parte del Gobierno inspecciones masivas y, una vez determinada la deuda del implicado, se le ofrecía la opción legal de regularizar con deuda especial», recuerda Mollinedo ¿Resultado de esta estrategia coercitiva? Unos 80.000 inversores y unos 4.500 millones de pesetas de entonces (50 millones de euros de la actualidad, una vez computada la inflación).
Lo cierto es que también hay mucho dinero fuera del país. Al menos unos 12.000 millones, según los fondos ingresados en el Tesoro español por paraísos fiscales en cumplimiento de una directiva europea. Pero escapan a ese control, con una retención de entre el 10% y el 15% en los rendimientos, otros muchos capitales invertidos, por ejemplo, en seguros de vida.
Cualquier medida para atraer esos fondos ocultos podría aliviar las finanzas públicas. Italia logró introducir en el circuito legal 80.000 millones de euros, el 5% del PIB el año pasado. La pregunta que todos se hacen es: ¿Funcionaría en España en la crisis actual?
Genaro Chic- Mensajes : 729
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