Requisitos para ser empresario
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Requisitos para ser empresario
En este país si una persona quiere ejercer libre y abiertamente la Medicina debe acreditar ante la sociedad haber realizado unos estudios que le faculten para ejercer su profesión con garantías suficientes de que no hará más daño que beneficio. Nadie discute lo que señalaba Aristóteles: que el arte de la medicina tiene como finalidad la producción de la salud y no conseguir dinero. Lo mismo se puede decir de muchas otras actividades, como los maestros, cuyo arte busca la elevación del nivel cultural de los discípulos y a los que se recompensa, eso sí, con la posibilidad de conseguir un determinado nivel económico, relacionado con su suerte y su habilidad.
A los alumnos ¿se les mantiene en los centros de enseñanza para que aprueben o para que consigan una buena formación a través del estudio (que luego le será compensada con la posibilidad de obtener un cierto mejor grado de bienestar material)? ¿Por qué admitimos entonces de forma generalizada que la finalidad principal de un empresario es el ánimo de lucro en vez de la creación de riqueza (de la que él evidentemente obtiene una parte conspicua)?
Algo a meditar es que la calidad del empresario repercute de forma decisiva en la economía de un país, y sin embargo se admite que –al contrario de lo que sucede con otras profesiones- cualquiera puede llevar la gerencia de una empresa, sin control social del tipo del que se exige para otras profesiones, posiblemente de menor trascendencia. Parece que con tener arrojo, codicia y ambición basta para ser un empresario de éxito, tomando el éxito como acumulación de riqueza (como en el caso del pirata). Evidentemente cualquiera puede invertir su dinero en cualquier tipo de empresa, pero eso no lo convierte en un empresario sino sólo en un aportador de recursos con vistas a hacerlos producir, de la misma manera que los puede depositar en un banco o en un casino. Los consejos de administración (cuando los hay, que en este país es legal el disparate terminológico de la figura de la Sociedad Unipersonal, Limitada e incluso –lo que es más absurdo aún- Anónima) marcan la línea a seguir, pero en una economía moderna se impone, al menos desde un nivel medio, la especialización de los gestores.
Cuando se confunde alegremente al empresario moderno con el simple pirata o depredador nos encontramos con frecuencia lo que estamos acostumbrados a ver en este país: gente sin preparación -y que no la busca fuera de su ámbito- que no duda en realizar acciones que perjudican a la producción con tal de satisfacer sus ansias de ganancia o incluso el deseo de mantener clientelas. Gente que se preocupa de tener cerca más bien “agradaores” y palmeros que gente formada que tenga como verdadera vocación la creación de riqueza social a través de la gestión empresarial. Aficionados al pelotazo fácil y buscadores de subvenciones entre una clase política que comparte con ellos con mucha frecuencia el nivel de formación y el tipo de objetivos.
Cuando la empresa en cuestión es ya un Estado, en sus distintos niveles, el disparate de que se entregue el poder ejecutivo (no el parlamentario, de control) a personas sin formación técnica mínima, como vemos con frecuencia, suele tener resultados desastrosos para la vida económica y moral de un país. Creo que no hace falta que ponga ejemplos, ni pasados ni presentes. La democracia bien entendida no consiste en que tengan poder los más arrojados, pues por definición el poder o fuerza (kratos en griego) reposa en el pueblo en su conjunto (demos) y este debe seguir la autoridad de los mejores, que no deben tener por sí mismos poder, pues eso ya no sería democrático sino oligárquico.
Claro que en un país donde no se sabe distinguir entre un empresario y un especulador difícilmente se va a entender la diferencia entre poder y autoridad, de forma que se tiene a entender que es la misma cosa. Definámoslos pues: 1) Poder es la capacidad de obligar a los demás a que actúen de una determinada manera, preferentemente según un sistema legal. Y 2) Autoridad es la capacidad de lograr que los demás te sigan voluntariamente, sin necesidad de comprarlos ni forzarlos. Ni que decir que un sistema así (una verdadera anarquía, o ausencia de poder en los jefes pero no en el pueblo) es muy difícil de conseguir y más aún de mantener. Exige dedicación y formación de todos los integrantes de la comunidad en cuestión, y esa es una tarea que con la mayor frecuencia los “empresarios” de la política pretenden sustituir por una votación cada cuatro o cinco años en un medio preferentemente desinformado. Lo que redunda en el mencionado perjuicio a medio plazo de los que se dejan manipular por comodidad, a cambio del pan y el circo inmediato.
Un ejemplo de ello lo hemos conocido en una carta que los Inspectores de Hacienda de España, dirigieron en 2006 al Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía, Pedro Solbes Mira, y que sólo ahora ha llegado al gran público, pues en su día se ignoró deliberadamente. En ella, como se puede ver (registro del 26 /5/2006), estos profesionales técnicos advertían de la peligrosa ruta emprendida desde 2000 por el entonces gobernador del Banco de España, Jaime Caruana Lacorte. Hacían para ello constar expresamente que el nivel de riesgo acumulado en el sistema financiero español como consecuencia de la anómala evolución del mercado inmobiliario en España, en los últimos seis años, era muy superior al que se desprendía de la lectura de los discursos del citado gobernador. Pero los políticos profesionales miraron por sus intereses y réditos (electorales o de otro tipo) sin preocuparse de corregir una situación ya bien conocida y que ahora nos tiene sumidos en la ruina. Invito a leerla: http://www.meneame.net/story/carta-inspectores-hacienda-ministro-solbes-2006
Piensen además en la idoneidad de muchos de los que han gestionado las Cajas de Ahorros, hoy arruinadas casi todas, y la abundancia en ellas de políticos y sindicalistas (o sus representantes). (Lo dicen ellos mismos: http://www.elconfidencial.com/economia/2012/06/16/serra-al-llegar-a-la-caja-organice-cursos-de-una-hora-para-los-consejeros-porque-no-sabian--100156/ ). ¿Es práctica en el siglo XXI, en la era de internet, la democracia "representativa" a largo plazo del siglo XIX?
A los alumnos ¿se les mantiene en los centros de enseñanza para que aprueben o para que consigan una buena formación a través del estudio (que luego le será compensada con la posibilidad de obtener un cierto mejor grado de bienestar material)? ¿Por qué admitimos entonces de forma generalizada que la finalidad principal de un empresario es el ánimo de lucro en vez de la creación de riqueza (de la que él evidentemente obtiene una parte conspicua)?
Algo a meditar es que la calidad del empresario repercute de forma decisiva en la economía de un país, y sin embargo se admite que –al contrario de lo que sucede con otras profesiones- cualquiera puede llevar la gerencia de una empresa, sin control social del tipo del que se exige para otras profesiones, posiblemente de menor trascendencia. Parece que con tener arrojo, codicia y ambición basta para ser un empresario de éxito, tomando el éxito como acumulación de riqueza (como en el caso del pirata). Evidentemente cualquiera puede invertir su dinero en cualquier tipo de empresa, pero eso no lo convierte en un empresario sino sólo en un aportador de recursos con vistas a hacerlos producir, de la misma manera que los puede depositar en un banco o en un casino. Los consejos de administración (cuando los hay, que en este país es legal el disparate terminológico de la figura de la Sociedad Unipersonal, Limitada e incluso –lo que es más absurdo aún- Anónima) marcan la línea a seguir, pero en una economía moderna se impone, al menos desde un nivel medio, la especialización de los gestores.
Cuando se confunde alegremente al empresario moderno con el simple pirata o depredador nos encontramos con frecuencia lo que estamos acostumbrados a ver en este país: gente sin preparación -y que no la busca fuera de su ámbito- que no duda en realizar acciones que perjudican a la producción con tal de satisfacer sus ansias de ganancia o incluso el deseo de mantener clientelas. Gente que se preocupa de tener cerca más bien “agradaores” y palmeros que gente formada que tenga como verdadera vocación la creación de riqueza social a través de la gestión empresarial. Aficionados al pelotazo fácil y buscadores de subvenciones entre una clase política que comparte con ellos con mucha frecuencia el nivel de formación y el tipo de objetivos.
Cuando la empresa en cuestión es ya un Estado, en sus distintos niveles, el disparate de que se entregue el poder ejecutivo (no el parlamentario, de control) a personas sin formación técnica mínima, como vemos con frecuencia, suele tener resultados desastrosos para la vida económica y moral de un país. Creo que no hace falta que ponga ejemplos, ni pasados ni presentes. La democracia bien entendida no consiste en que tengan poder los más arrojados, pues por definición el poder o fuerza (kratos en griego) reposa en el pueblo en su conjunto (demos) y este debe seguir la autoridad de los mejores, que no deben tener por sí mismos poder, pues eso ya no sería democrático sino oligárquico.
Claro que en un país donde no se sabe distinguir entre un empresario y un especulador difícilmente se va a entender la diferencia entre poder y autoridad, de forma que se tiene a entender que es la misma cosa. Definámoslos pues: 1) Poder es la capacidad de obligar a los demás a que actúen de una determinada manera, preferentemente según un sistema legal. Y 2) Autoridad es la capacidad de lograr que los demás te sigan voluntariamente, sin necesidad de comprarlos ni forzarlos. Ni que decir que un sistema así (una verdadera anarquía, o ausencia de poder en los jefes pero no en el pueblo) es muy difícil de conseguir y más aún de mantener. Exige dedicación y formación de todos los integrantes de la comunidad en cuestión, y esa es una tarea que con la mayor frecuencia los “empresarios” de la política pretenden sustituir por una votación cada cuatro o cinco años en un medio preferentemente desinformado. Lo que redunda en el mencionado perjuicio a medio plazo de los que se dejan manipular por comodidad, a cambio del pan y el circo inmediato.
Un ejemplo de ello lo hemos conocido en una carta que los Inspectores de Hacienda de España, dirigieron en 2006 al Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía, Pedro Solbes Mira, y que sólo ahora ha llegado al gran público, pues en su día se ignoró deliberadamente. En ella, como se puede ver (registro del 26 /5/2006), estos profesionales técnicos advertían de la peligrosa ruta emprendida desde 2000 por el entonces gobernador del Banco de España, Jaime Caruana Lacorte. Hacían para ello constar expresamente que el nivel de riesgo acumulado en el sistema financiero español como consecuencia de la anómala evolución del mercado inmobiliario en España, en los últimos seis años, era muy superior al que se desprendía de la lectura de los discursos del citado gobernador. Pero los políticos profesionales miraron por sus intereses y réditos (electorales o de otro tipo) sin preocuparse de corregir una situación ya bien conocida y que ahora nos tiene sumidos en la ruina. Invito a leerla: http://www.meneame.net/story/carta-inspectores-hacienda-ministro-solbes-2006
Piensen además en la idoneidad de muchos de los que han gestionado las Cajas de Ahorros, hoy arruinadas casi todas, y la abundancia en ellas de políticos y sindicalistas (o sus representantes). (Lo dicen ellos mismos: http://www.elconfidencial.com/economia/2012/06/16/serra-al-llegar-a-la-caja-organice-cursos-de-una-hora-para-los-consejeros-porque-no-sabian--100156/ ). ¿Es práctica en el siglo XXI, en la era de internet, la democracia "representativa" a largo plazo del siglo XIX?
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
Re: Requisitos para ser empresario
El tejido empresarial español no ha creído en la formación. Eso sería pensar a largo plazo. Tal vez tenga que ver con su propio tejido productivo, más pendiente de los ciclos, del corto plazo, de un sector servicios que se formaba in situ, de la obtención del máximo rendimiento en el mínimo tiempo y, después, liquidar. Aquí el empresario siempre ha sido del capitalismo líquido, por lo que ni siquiera ha apostado por una educación-formación líquida, como señala el sociólogo Premio Príncipe de Asturias Zygmunt Bauman que ocurre en el mundo desarrollado de nuestros días, sino por una mano de obra líquida y liquidable, fácilmente prescindible. Por ello, nuestros jóvenes -y no tan jóvenes- prefieren esconder sus títulos cuando dejan su trayectoria en los departamentos de recursos humanos. Conscientes de su escasa validez aquí, temen que sea utilizado en su contra en los procesos de selección. Al menos, les pesará poco en la maleta que lleven cuando se sientan definitivamente expulsados del mercado laboral español. ¿Por qué fuera, en países con mayor potencial económico que el nuestro, se reconoce por los empresarios los títulos expedidos por centros formativos españoles? ¿Es un problema de la formación española? Aun cuando haya muchas cosas que mejorar en ésta, no parece. ¿Es un problema del tejido empresarial español y la ausencia absoluta de una política industrial? Tal vez haya que mirar por aquí. El sistema educativo en su conjunto, lo que incluye la formación profesional, sólo adquiere sentido articulado en un sistema productivo. Y con el término sistema quiero decir algo estable, que tiene su propia lógica, que plantea estrategias. En el capitalismo líquido, sólo parece caber una formación liquidada. En liquidación.
http://www.huffingtonpost.es/javier-callejo/formacion-liquida_b_3445611.html?utm_hp_ref=spain
Seguir a Javier Callejo en Twitter: www.twitter.com/macromicrotrend
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
Re: Requisitos para ser empresario
Profesionales y negociantes
Todo profesional, como todo ser que trabaja, lo hace para ganarse la vida. Pero hay una diferencia con los negociantes.
Un profesional tiene respeto por la función que desempeña, por el servicio que ofrece y por el propio conocimiento que ha escogido para su vida. Por la persona a la que ofrece su servicios: cliente, paciente, alumno…. Un profesional respeta el conocimiento, algunos, incluso sienten pasión por tal conocimiento.
Los negociantes son de diferente pasta, su área de desarrollo es cómo generar dinero a costa del conocimiento. Beneficio privado, que no público. Un negociante lo mismo atiende ancianos, que compra la sanidad, que franquicia el aprendizaje de las personas, lo mismo da, según se vea negocio, se compra.
Al negociante, la calidad, el conocimiento y el servicio personalizado le importa poco, especialmente porque le generará menos ingresos, con un servicio justo es suficiente, al final la gente se acostumbra y, no habiendo profesionales que lo hagan bien, nadie podrá comparar. La investigación, únicamente se da si ofrece beneficios económicos. El conocimiento avanzado es un bien de repercusión social, no tiene orientación al lucro, ni puede darse en tal contexto.
Los profesionales desaparecen, y se convierten en operarios de servicios de los negociantes, que lo dirigen todo. Cuerpo y mente. Convierten los derechos en negocio, dinero y lucro. Nos hacen olvidar para sobrevivir.
No hay quien pueda permitirse ya ser profesional, no hay quien pueda competir con las grandes corporaciones, son dragones. No sienten pasión por el trabajo, por la función, por el servicio, en definitiva, por las personas. Son adoradores de dinero, capaces de devorarse entre ellos sólo por tener más y más y más, en una enfermedad infinita.
¿Deben dirigir un estado profesionales o negociantes? Considerando a las personas como producto: negociantes; considerando a las personas como finalidad, profesionales.
El personal profesional sanitario ve cómo se comercializa el negocio de la salud, les esperan malos tiempos. Los profesionales de la formación para el empleo llevamos años privatizados y negados en el sector de la formación para el empleo, formación que se realiza con fondos públicos. Las administraciones informan que no existimos, claro, no hace falta regular la situación de quien no existe, por lo tanto nada resulta irregular. Paradoja que paraliza.
¿Seguiremos permitiendo que los negociantes decidan qué conocimiento, para qué y de qué manera se ha de investigar, pensar, transmitir y crear?
A los negociantes sólo les interesa “El simulacro del conocimiento”, hacernos creer que lo dorado es oro, pero no lo es.
El artículo de Interviu “El oscuro Negocio de la Formación” proporciona algunos datos [sobre el montaje que tienen montado lo Sindicatos y la Patronal para quedarse con el dinero público]: http://afacieuskadi.wordpress.com/
Ana Varela | Iniciativa Debate | 21/08/2013
http://iniciativadebate.org/2013/08/21/profesionales-y-negociantes/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+IniciativaDebate+%28Iniciativa+Debate+P%C3%BAblico%29
Todo profesional, como todo ser que trabaja, lo hace para ganarse la vida. Pero hay una diferencia con los negociantes.
Un profesional tiene respeto por la función que desempeña, por el servicio que ofrece y por el propio conocimiento que ha escogido para su vida. Por la persona a la que ofrece su servicios: cliente, paciente, alumno…. Un profesional respeta el conocimiento, algunos, incluso sienten pasión por tal conocimiento.
Los negociantes son de diferente pasta, su área de desarrollo es cómo generar dinero a costa del conocimiento. Beneficio privado, que no público. Un negociante lo mismo atiende ancianos, que compra la sanidad, que franquicia el aprendizaje de las personas, lo mismo da, según se vea negocio, se compra.
Al negociante, la calidad, el conocimiento y el servicio personalizado le importa poco, especialmente porque le generará menos ingresos, con un servicio justo es suficiente, al final la gente se acostumbra y, no habiendo profesionales que lo hagan bien, nadie podrá comparar. La investigación, únicamente se da si ofrece beneficios económicos. El conocimiento avanzado es un bien de repercusión social, no tiene orientación al lucro, ni puede darse en tal contexto.
Los profesionales desaparecen, y se convierten en operarios de servicios de los negociantes, que lo dirigen todo. Cuerpo y mente. Convierten los derechos en negocio, dinero y lucro. Nos hacen olvidar para sobrevivir.
No hay quien pueda permitirse ya ser profesional, no hay quien pueda competir con las grandes corporaciones, son dragones. No sienten pasión por el trabajo, por la función, por el servicio, en definitiva, por las personas. Son adoradores de dinero, capaces de devorarse entre ellos sólo por tener más y más y más, en una enfermedad infinita.
¿Deben dirigir un estado profesionales o negociantes? Considerando a las personas como producto: negociantes; considerando a las personas como finalidad, profesionales.
El personal profesional sanitario ve cómo se comercializa el negocio de la salud, les esperan malos tiempos. Los profesionales de la formación para el empleo llevamos años privatizados y negados en el sector de la formación para el empleo, formación que se realiza con fondos públicos. Las administraciones informan que no existimos, claro, no hace falta regular la situación de quien no existe, por lo tanto nada resulta irregular. Paradoja que paraliza.
¿Seguiremos permitiendo que los negociantes decidan qué conocimiento, para qué y de qué manera se ha de investigar, pensar, transmitir y crear?
A los negociantes sólo les interesa “El simulacro del conocimiento”, hacernos creer que lo dorado es oro, pero no lo es.
El artículo de Interviu “El oscuro Negocio de la Formación” proporciona algunos datos [sobre el montaje que tienen montado lo Sindicatos y la Patronal para quedarse con el dinero público]: http://afacieuskadi.wordpress.com/
Ana Varela | Iniciativa Debate | 21/08/2013
http://iniciativadebate.org/2013/08/21/profesionales-y-negociantes/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+IniciativaDebate+%28Iniciativa+Debate+P%C3%BAblico%29
Genaro Chic- Mensajes : 729
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