Los vagos fornicadores del Sur y los virtuosos banqueros del Norte
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Los vagos fornicadores del Sur y los virtuosos banqueros del Norte
EUROPA CRITICA AL PAÍS QUE VIVIÓ POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES
AVE, aeropuertos, autovías, TV... Razones por las que Merkel no pasa ni una a España
Por muchas reformas que Mariano Rajoy haya puesto encima de la mesa, el Gobierno español no transmite confianza fuera de nuestras fronteras. Más allá de la gestión del caso Bankia, la reforma financiera y la laboral, la Unión Europa echa en cara a España que acumule en sus cuentas millones de euros invertidos en un sinfín de proyectos que han resultado ser un fracaso: miles de kilómetros de líneas de alta velocidad, autopistas, autovías, aeropuertos, tranvías... Inversiones millonarias de dudosa rentabilidad que Europa no está dispuesta a pagar.
Con 47 millones de habitantes y 17 autonomías divididas en 50 provincias, sin contar Ceuta y Melilla, España tiene a su disposición 52 aeropuertos, de los que solo ocho son oficialmente rentables; más de una veintena de provincias dispone de otro aeropuerto a menos de una hora por carretera. Alemania, con casi el doble de población que la española (81 millones de habitantes), no necesita más de 39 aeropuertos. Si el Gobierno español hubiera incrementado el gasto en la misma proporción que el Ejecutivo alemán entre 2002 y 2008 (es decir, un 2,8% y no un 50%), en 2009 España apenas hubiese tenido un déficit público del 1% del PIB (unos 10.000 millones de euros) frente al 11,1% (más de 100.000 millones de euros) que arrojó.
Europa critica el derroche de los países del Sur mientras aplaude la capacidad de ahorrar de los alemanes, con un salario bruto anual (40.914 euros) casi el doble que el español (21.500). La austeridad de la que presume Alemania se traduce, por ejemplo, en que solo necesita 10 canales televisivos autonómicos, mientras que en España existen trece operadores públicos de titularidad autonómica que emiten en 26 canales. Solo la televisión valenciana acumula una deuda de unos 1.200 millones de euros, la mayor de todas las autonómicas. Sin subvenciones de las autonomías ni tasas, entre todas arrastran una deuda de más de 2.100 millones de euros.
Que España sea el país europeo con más posibilidades de ser rescatado se achaca a la irresponsabilidad de sus políticos, que no aprovecharon la fase expansiva para ahorrar o reducir impuestos. De hecho, un estudio interno elaborado por asesores de la Presidencia del Gobierno desvela que España es el país europeo con mayor número de políticos (445.568) con cargos públicos por habitante de toda Europa. Unos trabajadores que se dedican a la función pública, 300.000 más que en Alemania, que copan todos los niveles de la administración (senadores, alcaldes, diputados, concejales, organismos internacionales, consorcios, mancomunidades…).
Más kilómetros de AVE que EEUU
Este año, la Alta Velocidad Española (AVE) celebró sus veinte años, y lo hizo como líder mundial por su puntualidad y la longitud de su red, fruto de la inversión de 39.500 millones de euros que ha copado durante las dos décadas. La primera línea española fue la que une Madrid y Sevilla. Desde entonces, España es el segundo país del mundo en longitud de líneas de alta velocidad, solo superado por China (con una población treinta veces mayor), y con muchos más kilómetros que Francia y Alemania. Un ejemplo: en 2010, España contaba con 3.744 kilómetros de AVE; en Alemania, apenas superaban los 1.400 kilómetros.
En una visita a España en mayo de 2009, invitado por el Ministerio de Fomento, el secretario de transportes norteamericano, Ray LaHood, se sorprendió de la capacidad económica de un país con un PIB 15 veces inferior al estadounidense, y al despedirse congratuló al ministro del ramo. EEUU no se podía permitir los costes de inversión y mantenimiento de las líneas de AVE. En julio de 2011, Fomento cerró la línea directa Toledo-Cuenca-Albacete, en la cual perdían 18.000 euros al día por transportar una media de nueve pasajeros diarios. Ninguna línea en España, ni siquiera la de Madrid-Barcelona, es rentable.
Tanto el Tesoro como el Fondo Monetario Internacional presionan a Alemania para que acepte un giro en la política europea de austeridad y ayude a los países con problemas como España. Pero Merkel insiste en que España ha gastado mucho más de lo que ha ingresado y aún tiene que apretarse más el cinturón. Otro ejemplo del derroche: a fecha de 31 de diciembre de 2007, España tenía 14.689 kilómetros entre autopistas y autovías, convirtiéndose en el tercer país del mundo por longitud de vías de alta capacidad, solo superado por Estados Unidos y China. Como ocurre con los aeropuertos y las líneas de Alta Velocidad, España vuelve a superar con creces a Alemania, Francia e Inglaterra.
En su defensa, los políticos españoles justificarán los números rojos ante Europa con el aumento del paro y la caída de la actividad inesperada. En ningún momento han reconocido que su mala planificación contribuyó a hundir un poco más las finanzas públicas. Más ejemplos: la autopista de peaje que une Cartagena con Vera (Almería), se diseñó para una media de 7.000 vehículos al día, y todavía no ha alcanzado los 2.000. En ella se invirtieron 650 millones de euros. Las autopistas radiales de entrada y salida de Madrid, conocidas como R2, R3, R4 y R5 tienen un tráfico medio diario que no llega ni al 30% del tráfico que hace rentable esas infraestructuras, por lo que suponen una verdadera ruina. La inversión de estas carreteras, “imprescindibles” para el Gobierno que las inauguró, fue de 2.552 millones de euros.
Más de 400 millones se comió la AP-41, autopista de peaje que une Madrid con Toledo, con un tráfico 79% inferior al previsto; la misma cantidad que se destinó a la autopista de la segunda circunvalación de Alicante, por la que estaba previsto que circularan 30.000 vehículos al día y la media no llega ni a los 10.000… En 2006, Alemania disponía de 152 kilómetros de autopista por millón de habitantes. España, con un salario mínimo interprofesional de 641 euros, contaba con 276.
Ana I. Gracia
http://www.elconfidencial.com/espana/2012/06/03/ave-aeropuertos-autovias-tv-razones-por-las-que-merkel-no-pasa-ni-una-a-espana-99191/
Así pues, parece que hace falta un rescate. Lo cual dinamita uno de los mitos de esta crisis: su origen no ha sido el gasto público, sino el endeudamiento del sector privado: familias, empresas y bancas (y de esas aberraciones públicas llamadas cajas de ahorros). No es que en España estemos para dar lecciones acerca de cómo gestionar los dineros públicos, pero el problema está en el sector privado.
Pero los rescates no sacan de la crisis. Grecia, Portugal e Irlanda siguen sin tener acceso a los mercados de deuda desde el rescate. El bono portugués está al 9%, y ese Gobierno no descarta pedir más ayudas. Irlanda es el país que siempre está a punto de salir de la crisis y nunca lo consigue.
Sí puede haber un país —o dos— que se vea muy beneficiado por los rescates. En particular en lo que respecta a su sector financiero, que está bastante hecho polvo, hasta el punto de que su segunda mayor banca está parcialmente nacionalizada: Alemania.
¿Alemania? ¿Los probos germanos? ¿Los que lo pagan todo? Sí.
Empecemos por el principio. Si un deudor no puede pagar, eso es responsabilidad del deudor y del que ha prestado. Es lo que se llama riesgo moral. Eso, como muchas otras cosas del capitalismo, los estadounidenses lo pillan mejor que los europeos continentales. Es decir: si las bancas alemanas y francesas financiaron a los vagos, fornicadores y zafios griegos, españoles, irlandeses, italianos y portugueses, es porque esperaban un retorno. Es más: es porque consiguieron un retorno durante mucho tiempo.
Hasta que esos países no pudieron —no pudimos— seguir pagando lo que debíamos. Y las bancas alemanas y francesas se encontraron con un problema: habían prestado, literalmente, más de lo que tenían.
Entonces, entran en escena el FMI y el sistema de rescates de la Unión Europea. Ambos, a cambio de unos recortes del gasto que perpetúan las recesiones (y que además no siempre se ponen en práctica), dan dinero a esos países.
Fundamentalmente, el rescate tiene un objetivo: hacer innecesario que el país que recibe los fondos tenga que ir al mercado a financiarse.
Esos países no emiten deuda. Y los intereses de su deuda son pagados por los fondos de rescate. Con lo cual se está garantizando que a van a seguir pagando lo que deben. Eso sí: ahora les da el dinero para hacerlo el FMI, o el mecanismo de rescate europeo (que, a su vez, está garantizado en más de un 20% por Alemania). Pero esas bancas no dejan de percibir fondos. Entretanto, pueden ir deshaciéndose de esa deuda. Además, con sus intervenciones para comprar deuda, el BCE ha mantenido en muchos casos (véase España) artificialmente bajo el tipo de interés de la deuda. La deuda privada es más complicada, pero también se puede ir colocando a otros. En el proceso, también es posible ir adoptando posiciones para cubrir los riesgos de esos activos.
Según la edición alemana de Financial Times, citando a fuentes del Bundesbank (la banca central germana) la banca alemana ha recortado su exposición a la deuda pública griega en alrededor de un tercio desde que empezó la crisis. Más duro es Bloomberg Business Week. Ese semanario explicaba la semana pasada que las bancas alemanas habían reducido sus riesgos en la periferia de la eurozona en 296.000 millones de euros en 2010 y 2011. Como comparación, añadía, Alemania ha contribuido con 15.000 millones de euros al rescate griego.
En otras palabras: los rescates de los países en crisis son rescates de la banca acreedora. Fundamentalmente, alemana y francesa. Esas entidades ganan tiempo para recortar su exposición a los países 'rescatados' que, en general, lejos de mejorar, sólo ven cómo su economía empeora.
Así, ahora, Alemania se puede permitir que Grecia salga del euro. Es cierto que hay un factor de incertidumbre terrible, porque los canales de transmisión financiera son imprevisibles y no siempre son conocidos. Pero lo que en 2010 habría sido devastador para Berlín, ahora no lo debería ser.
Eso sí: Alemania aún no se puede permitir que España o Italia salgan del euro. Y una eventual vuelta de Grecia al dracma podría agravar el contagio que ya sufrimos. Otra cosa podría ser un rescate de España que nos blindara unos años mientras las bancas alemanas van deshaciendo sus posiciones en España.
Tomado de
Un rescate de la banca... ¿alemana?
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/02/economia/1338629532.html
La Europa alemana y sus mariachis
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=qJx_Lrwop1Y&noredirect=1
Viele Grüße
AVE, aeropuertos, autovías, TV... Razones por las que Merkel no pasa ni una a España
Por muchas reformas que Mariano Rajoy haya puesto encima de la mesa, el Gobierno español no transmite confianza fuera de nuestras fronteras. Más allá de la gestión del caso Bankia, la reforma financiera y la laboral, la Unión Europa echa en cara a España que acumule en sus cuentas millones de euros invertidos en un sinfín de proyectos que han resultado ser un fracaso: miles de kilómetros de líneas de alta velocidad, autopistas, autovías, aeropuertos, tranvías... Inversiones millonarias de dudosa rentabilidad que Europa no está dispuesta a pagar.
Con 47 millones de habitantes y 17 autonomías divididas en 50 provincias, sin contar Ceuta y Melilla, España tiene a su disposición 52 aeropuertos, de los que solo ocho son oficialmente rentables; más de una veintena de provincias dispone de otro aeropuerto a menos de una hora por carretera. Alemania, con casi el doble de población que la española (81 millones de habitantes), no necesita más de 39 aeropuertos. Si el Gobierno español hubiera incrementado el gasto en la misma proporción que el Ejecutivo alemán entre 2002 y 2008 (es decir, un 2,8% y no un 50%), en 2009 España apenas hubiese tenido un déficit público del 1% del PIB (unos 10.000 millones de euros) frente al 11,1% (más de 100.000 millones de euros) que arrojó.
Europa critica el derroche de los países del Sur mientras aplaude la capacidad de ahorrar de los alemanes, con un salario bruto anual (40.914 euros) casi el doble que el español (21.500). La austeridad de la que presume Alemania se traduce, por ejemplo, en que solo necesita 10 canales televisivos autonómicos, mientras que en España existen trece operadores públicos de titularidad autonómica que emiten en 26 canales. Solo la televisión valenciana acumula una deuda de unos 1.200 millones de euros, la mayor de todas las autonómicas. Sin subvenciones de las autonomías ni tasas, entre todas arrastran una deuda de más de 2.100 millones de euros.
Que España sea el país europeo con más posibilidades de ser rescatado se achaca a la irresponsabilidad de sus políticos, que no aprovecharon la fase expansiva para ahorrar o reducir impuestos. De hecho, un estudio interno elaborado por asesores de la Presidencia del Gobierno desvela que España es el país europeo con mayor número de políticos (445.568) con cargos públicos por habitante de toda Europa. Unos trabajadores que se dedican a la función pública, 300.000 más que en Alemania, que copan todos los niveles de la administración (senadores, alcaldes, diputados, concejales, organismos internacionales, consorcios, mancomunidades…).
Más kilómetros de AVE que EEUU
Este año, la Alta Velocidad Española (AVE) celebró sus veinte años, y lo hizo como líder mundial por su puntualidad y la longitud de su red, fruto de la inversión de 39.500 millones de euros que ha copado durante las dos décadas. La primera línea española fue la que une Madrid y Sevilla. Desde entonces, España es el segundo país del mundo en longitud de líneas de alta velocidad, solo superado por China (con una población treinta veces mayor), y con muchos más kilómetros que Francia y Alemania. Un ejemplo: en 2010, España contaba con 3.744 kilómetros de AVE; en Alemania, apenas superaban los 1.400 kilómetros.
En una visita a España en mayo de 2009, invitado por el Ministerio de Fomento, el secretario de transportes norteamericano, Ray LaHood, se sorprendió de la capacidad económica de un país con un PIB 15 veces inferior al estadounidense, y al despedirse congratuló al ministro del ramo. EEUU no se podía permitir los costes de inversión y mantenimiento de las líneas de AVE. En julio de 2011, Fomento cerró la línea directa Toledo-Cuenca-Albacete, en la cual perdían 18.000 euros al día por transportar una media de nueve pasajeros diarios. Ninguna línea en España, ni siquiera la de Madrid-Barcelona, es rentable.
Tanto el Tesoro como el Fondo Monetario Internacional presionan a Alemania para que acepte un giro en la política europea de austeridad y ayude a los países con problemas como España. Pero Merkel insiste en que España ha gastado mucho más de lo que ha ingresado y aún tiene que apretarse más el cinturón. Otro ejemplo del derroche: a fecha de 31 de diciembre de 2007, España tenía 14.689 kilómetros entre autopistas y autovías, convirtiéndose en el tercer país del mundo por longitud de vías de alta capacidad, solo superado por Estados Unidos y China. Como ocurre con los aeropuertos y las líneas de Alta Velocidad, España vuelve a superar con creces a Alemania, Francia e Inglaterra.
En su defensa, los políticos españoles justificarán los números rojos ante Europa con el aumento del paro y la caída de la actividad inesperada. En ningún momento han reconocido que su mala planificación contribuyó a hundir un poco más las finanzas públicas. Más ejemplos: la autopista de peaje que une Cartagena con Vera (Almería), se diseñó para una media de 7.000 vehículos al día, y todavía no ha alcanzado los 2.000. En ella se invirtieron 650 millones de euros. Las autopistas radiales de entrada y salida de Madrid, conocidas como R2, R3, R4 y R5 tienen un tráfico medio diario que no llega ni al 30% del tráfico que hace rentable esas infraestructuras, por lo que suponen una verdadera ruina. La inversión de estas carreteras, “imprescindibles” para el Gobierno que las inauguró, fue de 2.552 millones de euros.
Más de 400 millones se comió la AP-41, autopista de peaje que une Madrid con Toledo, con un tráfico 79% inferior al previsto; la misma cantidad que se destinó a la autopista de la segunda circunvalación de Alicante, por la que estaba previsto que circularan 30.000 vehículos al día y la media no llega ni a los 10.000… En 2006, Alemania disponía de 152 kilómetros de autopista por millón de habitantes. España, con un salario mínimo interprofesional de 641 euros, contaba con 276.
Ana I. Gracia
http://www.elconfidencial.com/espana/2012/06/03/ave-aeropuertos-autovias-tv-razones-por-las-que-merkel-no-pasa-ni-una-a-espana-99191/
Así pues, parece que hace falta un rescate. Lo cual dinamita uno de los mitos de esta crisis: su origen no ha sido el gasto público, sino el endeudamiento del sector privado: familias, empresas y bancas (y de esas aberraciones públicas llamadas cajas de ahorros). No es que en España estemos para dar lecciones acerca de cómo gestionar los dineros públicos, pero el problema está en el sector privado.
Pero los rescates no sacan de la crisis. Grecia, Portugal e Irlanda siguen sin tener acceso a los mercados de deuda desde el rescate. El bono portugués está al 9%, y ese Gobierno no descarta pedir más ayudas. Irlanda es el país que siempre está a punto de salir de la crisis y nunca lo consigue.
Sí puede haber un país —o dos— que se vea muy beneficiado por los rescates. En particular en lo que respecta a su sector financiero, que está bastante hecho polvo, hasta el punto de que su segunda mayor banca está parcialmente nacionalizada: Alemania.
¿Alemania? ¿Los probos germanos? ¿Los que lo pagan todo? Sí.
Empecemos por el principio. Si un deudor no puede pagar, eso es responsabilidad del deudor y del que ha prestado. Es lo que se llama riesgo moral. Eso, como muchas otras cosas del capitalismo, los estadounidenses lo pillan mejor que los europeos continentales. Es decir: si las bancas alemanas y francesas financiaron a los vagos, fornicadores y zafios griegos, españoles, irlandeses, italianos y portugueses, es porque esperaban un retorno. Es más: es porque consiguieron un retorno durante mucho tiempo.
Hasta que esos países no pudieron —no pudimos— seguir pagando lo que debíamos. Y las bancas alemanas y francesas se encontraron con un problema: habían prestado, literalmente, más de lo que tenían.
Entonces, entran en escena el FMI y el sistema de rescates de la Unión Europea. Ambos, a cambio de unos recortes del gasto que perpetúan las recesiones (y que además no siempre se ponen en práctica), dan dinero a esos países.
Fundamentalmente, el rescate tiene un objetivo: hacer innecesario que el país que recibe los fondos tenga que ir al mercado a financiarse.
Esos países no emiten deuda. Y los intereses de su deuda son pagados por los fondos de rescate. Con lo cual se está garantizando que a van a seguir pagando lo que deben. Eso sí: ahora les da el dinero para hacerlo el FMI, o el mecanismo de rescate europeo (que, a su vez, está garantizado en más de un 20% por Alemania). Pero esas bancas no dejan de percibir fondos. Entretanto, pueden ir deshaciéndose de esa deuda. Además, con sus intervenciones para comprar deuda, el BCE ha mantenido en muchos casos (véase España) artificialmente bajo el tipo de interés de la deuda. La deuda privada es más complicada, pero también se puede ir colocando a otros. En el proceso, también es posible ir adoptando posiciones para cubrir los riesgos de esos activos.
Según la edición alemana de Financial Times, citando a fuentes del Bundesbank (la banca central germana) la banca alemana ha recortado su exposición a la deuda pública griega en alrededor de un tercio desde que empezó la crisis. Más duro es Bloomberg Business Week. Ese semanario explicaba la semana pasada que las bancas alemanas habían reducido sus riesgos en la periferia de la eurozona en 296.000 millones de euros en 2010 y 2011. Como comparación, añadía, Alemania ha contribuido con 15.000 millones de euros al rescate griego.
En otras palabras: los rescates de los países en crisis son rescates de la banca acreedora. Fundamentalmente, alemana y francesa. Esas entidades ganan tiempo para recortar su exposición a los países 'rescatados' que, en general, lejos de mejorar, sólo ven cómo su economía empeora.
Así, ahora, Alemania se puede permitir que Grecia salga del euro. Es cierto que hay un factor de incertidumbre terrible, porque los canales de transmisión financiera son imprevisibles y no siempre son conocidos. Pero lo que en 2010 habría sido devastador para Berlín, ahora no lo debería ser.
Eso sí: Alemania aún no se puede permitir que España o Italia salgan del euro. Y una eventual vuelta de Grecia al dracma podría agravar el contagio que ya sufrimos. Otra cosa podría ser un rescate de España que nos blindara unos años mientras las bancas alemanas van deshaciendo sus posiciones en España.
Tomado de
Un rescate de la banca... ¿alemana?
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/02/economia/1338629532.html
La Europa alemana y sus mariachis
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Viele Grüße
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
“Los españoles nos roban”: Así nos ven en el extranjero
De la admiración por el “milagro español” al recelo y, cada vez más, al odio irracional. La percepción exterior de los españoles se ha ido deteriorando a una velocidad de espanto durante el último lustro, paralelamente a la profundización de la crisis económica. Europa comienza a dividirse entre norte y sur. O mejor dicho, entre los países solventes y “los países del ajo”. Una peyorativa mención utilizada por la prensa de los países del norte y el centro europeo para referirse a España, Portugal, Grecia e Italia. Y es que la responsabilidad de la actual situación económica está cayendo sobre los más débiles, los países rescatados de la periferia europea.
Tanto es así, que los principales partidos de la ultraderecha europea han cambiado los argumentos antimusulmanes de su xenófobo discurso por otros más centrados en el antieuropeísmo y el odio a los países del sur. Una deriva que ha quedado reflejada en la campaña electoral del líder ultraderechista holandés Geert Wilders. Aunque finalmente no ha superado su techo electoral, quedándose como tercera fuerza política del parlamento, perdiendo nueve de sus 24 escaños de la anterior legislatura, sí ha influido en el programa del primer ministro saliente, el liberal Mark Rutte, quien ha pedido “firmeza” contra los PIGS para que paguen lo que deben.
El chivo expiatorio de los males de la UE ya no son los emigrantes, sino los “vagos” del sur. Los estereotipos sobre la personalidad de los españoles se han visto reforzados con la crisis. “En Holanda está calando la idea de que le estamos pagando la crisis a España, algo que no se acepta debido a que se cree que los españoles se pasan el día de fiesta. Los prejuicios sobre que los españoles son unos vagos siempre estuvieron ahí, pero ahora han vuelto con más fuerza que nunca”, explica Merijn de Waal, un holandés de 31 años que trabaja para NRC Handelsblad.
Los españoles como fuente de todos los males
El sentimiento de que los españoles son los causantes de la crisis financiera también es mayoritario entre los alemanes. El periodista y corresponsal en España Hans-Günter Kellner subraya que esta percepción “es un poco injusta porque en la misma medida que España pedía dinero, los bancos alemanes se lo prestaban, pero casi nadie entiende que ambos países sean corresponsables de la situación”. La manida afirmación de que “los españoles han vivido por encima de sus posibilidades” también ha tenido un fuerte eco en la prensa teutona. Un argumento que por su repetición constante ha provocado que los alemanes nos perciban como un pueblo “arrogante”.Los prejuicios sobre que los españoles son unos vagos han vuelto con más fuerza que nunca
La cultura económica basada en el pelotazo urbanístico, que desde Alemania siempre se vio con escepticismo, nunca más podrá ser perdonada. “Mientras España estaba en pleno boom inmobiliario, nosotros ya vivíamos una crisis profunda y no entendíamos cómo se vivía con tanto lujo y se enriquecían tan rápidamente. Ahora vemos como están pagando las consecuencias, pero es una pena que se generalice porque la gente que está ahora en la cola del paro no es la misma que protagonizó el auge de la cultura del ladrillo”.
A medida que se va descendiendo hacia el sur de Europa, la negativa visión sobre los españoles comienza a moderarse. En Francia, la imagen que se tiene “sigue siendo buena, pero ojo, cada vez hay un sector mayor de la población que piensa que han despilfarrado su dinero, principalmente el aportado por la UE. Se tiene la sensación, amplificada por algunos medios, de que han gastado demasiado y ahora quieren pasarle la factura a los demás países. Esta idea está calando en un número cada vez mayor de gente, pero no quiere decir que culpen a la población, sino a sus dirigentes”, según la visión de Cécile Thibaud, que lleva más de una década afincada en Madrid pero que viaja con regularidad a su país de origen.
Los estereotipos de que los españoles son poco trabajadores y algo inconscientes, por no haber reaccionado antes contra la burbuja inmobiliaria, también comienzan a oírse en el país vecino, añade Thibaud, aunque matiza que “estas ideas todavía son solo de una minoría”.
La francesa insiste en una idea que parece predominar en el resto de países de la UE y es que “los españoles han sido unos inconscientes” durante los años previos al estallido de la burbuja. “Los tiempos de bonanza impresionaron mucho a la sociedad francesa, que incluso tenía ciertas envidias y la sensación de que se les estaba pagando el crecimiento con dinero de todos los europeos. Sin embargo, ahora lo que más les sorprende es cómo están capeando el temporal sin quejarse demasiado. Desde mi punto de vista, si en Francia hubiese las mismas tasas de paro que en hay en estos momentos en España la gente se rebelaría, habría muchas más huelgas generales y casi se produciría una guerra civil. Puede ser que no se tenga una visión del todo exacta del empobrecimiento de las clases trabajadoras, pero nadie comprende cómo los españoles siguen saliendo adelante con toda la miseria que hay”, explica Thibaud.
Los españoles, más cerca de África que de Europa
Una percepción quizá un tanto distorsionada por imágenes como las de los desahucios violentos o las de los jornaleros del SAT en los hipermercados, que ocuparon las primeras planas de los periódicos de medio mundo y que, más que presentarlas como acciones políticas, se ceñían solamente a subrayar la miseria y la extrema pobreza en la que habrían caído los españoles. El periodista keniata de 37 años Moses Maina ha seguido muy de cerca estos últimos conflictos por los medios de comunicación y no puede dejar de sorprenderse de que “lo único que parece importar a los españoles son sus ganas constantes de fiesta y el fútbol”. Una contradicción, dice, que “los acerca más a la filosofía de vida africana que a la europea”.Si en Francia hubiese las mismas tasas de paro que en España habría huelgas y estaríamos al borde de una Guerra Civil
Esta misma idea la refuerza su compatriota Joseph Githongo, un empresario de 29 años a quien le caen mejor “los europeos mediterráneos, como los españoles, que los nórdicos o anglosajones porque tienen un sentido del humor muy parecido al nuestro y enfrentan las adversidades sin deprimirse demasiado”. John Wainaina, hostelero de 32 años, lo remata así: “El español es divertido, con ganas eternas de fiesta y un obseso del buen vino y la comida de calidad. Me caen bien”.
Las impresiones sobre los políticos, todavía más negativas
Los representantes políticos tampoco parecen ayudar demasiado a mejorar la imagen de los españoles en el exterior, más bien todo lo contrario. En los Países Bajos, la percepción de los políticos españoles es que viven constantemente en un mar de dudas, según ha comprobado entre sus compatriotas Merijn de Waal. “El Gobierno de Mariano Rajoy no ofrece ninguna confianza. La gente no entiende su falta de determinación y valentía después de obtener una mayoría absoluta y contar con cuatro años por delante para hacer todo lo que pueda. En Holanda no se entienden las medias tintas y parece que el Gobierno de España no está totalmente convencido de que el país pasa por serios apuros. No reconocer esta evidencia es muy serio y genera cierta polémica”, añade de Waal.
Para Kellner, en Alemania se ve con buenos ojos a los italianos “porque se entiende que están comprometidos en la lucha contra la crisis, mientras que se duda mucho de los españoles. Tampoco se cree que haya voluntad de aceptar las reformas necesarias. Mi opinión personal es que el Estado del bienestar en España es difícil de mantener sin los ingresos extraordinarios del boom inmobiliario, incluso si se diese cierto crecimiento económico, no veo que fuese fácil mantener el nivel actual de servicios. Esto no quiere decir que esté a favor del copago, pero sí de buscar soluciones intermedias según las posibilidades económicas de la población”.España solo va a Bruselas para demostrar que lleva los deberes hechos, por eso se le trata como a un alumno
El papel del Gobierno en el escenario europeo ha dejado una sensación entre los franceses de que “España no sabe venderse bien fuera porque a pesar de haber sido la octava economía mundial están totalmente ausentes. Esta falta de presencia le da muchos puntos negativos a Rojoy. Esto es justamente lo contrario de lo que ocurre con Mario Monti, quien sabe venderle la moto a la Comisión Europea sin siquiera sacarla del garaje, mientras que España llega a Bruselas con demasiada modestia y centrándose en demostrar que lleva los deberes hechos. Una actitud que implica que se le trate como un alumno”, según explica Thibaud.
El ensañamiento contra los españoles se ha retratado ocasionalmente en el exterior con un cierto tono de comedia negra. Las costosas estaciones del tren de alta velocidad en medio de la nada, los aeropuertos sin pasajeros y, en definitiva, el despilfarro en inútiles obras faraónicas.
Los griegos, peor valorados que los españoles
A pesar del cambio de tendencia de la visión que se tiene en el exterior de los españoles, todavía no estamos a la altura de las desconsideraciones a las que son sometidos los griegos. En la mayoría de países de la UE ya se comienza a defender abiertamente su expulsión de la zona euro. La francesa Cécile Thibaud aclara que “la sensación es diferente porque en Grecia se ha visto que la gente apenas paga impuestos, hay una economía sumergida mucho más abultada y el despilfarro ha sido si cabe mayor que en España”. Además, añade la francesa, “la deuda griega es pública y la española eminentemente privada, por lo que se sabe que la gente común no es tan culpable de la situación”.
El holandés Merijn de Waal explica que hay que diferenciar entre la gente bien informada, que lee la prensa a diario, y la que no. Entre el primer grupo, dice, “las personas saben diferenciar entre el caso griego, con una deuda de la que son responsables las administraciones, y el caso español, cuyo problema de la deuda ha sido originado por los bancos. Sin embargo, la gente poco informada sí generaliza y mete a todos los países del sur en el mismo saco”. En Alemania “a groso modo se tiene la misma concepción de los españoles que de los griegos, aunque a estos últimos no se les perdona que hayan engañado al resto de países trucando la cuentas públicas”, matiza Kellner.La población está cada vez más polarizada y el espíritu europeo se resquebraja
De lo que no cabe duda es que, en mayor o menor medida, los españoles son señalados con el dedo como los culpables de crisis, sacando a la luz ciertos estereotipos que parecían cosa del pasado. La pérdida de poder adquisitivo de las poblaciones del norte y del centro de Europa no hará más que acentuar estos negativos puntos de vista. Un contexto cuyos efectos secundarios son la polarización ideología y el auge de los populismos, siempre asentados sobre la base del odio al “otro” a quien se le responsabiliza de todos los problemas propios. Un escenario complicado para seguir construyendo una Europa más unida o federal, como ingenuamente proponía ayer mismo el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso. Toda una quimera para los vientos populistas que soplan en el Viejo Continente.
Iván Gil | El Confidencial
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/09/14/los-espanoles-nos-roban-asi-nos-ven-en-el-extranjero-105394/
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
Re: Los vagos fornicadores del Sur y los virtuosos banqueros del Norte
De la traición de Merkel al delirio español
Al margen de afinidades o antipatías, quien más y quien menos ve en Alemania un país muy rico, con una economía fuerte, una ciudadanía tradicionalmente trabajadora y eficiente y una clase política que, aunque con tics muy sospechosos, parece más competente y bastante menos corrupta que la de los países del sur. Y por ello, en lo que se refiere a la “crisis del Euro” y más concretamente a nuestro calvario particular, la actitud avara –para algunos, traicionera– de Angela Merkel es difícilmente digerible. Sin embargo, la realidad es algo más compleja.
Casta política, corrupción y proletarización
En Alemania no es oro todo lo que reluce. Y si bien su legislación es muy severa en lo que se refiere a sobornos a parlamentarios extranjeros por parte de empresas alemanas, curiosamente no es igualmente estricta si el sobornado es un parlamentario alemán.
Uno de los hitos que evidenció esta laxitud legal fue el caso del exministro de finanzas Otto Graf Lambsdorff, que fue procesado en 1984 por aceptar donaciones a su partido, el FDP, por parte de la empresa Flick. [ El caso se extendió a España, ya que la Fundación Friedrich Ebert, próxima al Partido Socialista Alemán, SPD, destinó donaciones de Flick por valor 1.000.000 de marcos alemanes para financiar al PSOE de Felipe González.] Sorprendentemente Lambsdorff resultó absuelto a pesar de que el soborno fue probado. Pues su condición de parlamentario le permitió alegar que actuó creyendo que lo que hacía era legítimo. Y puesto que “no era consciente” de cometer un delito, a juicio del tribunal no se cumplía el requisito que la ley alemana considera imprescindible: la intencionalidad. Por lo que Lambsdorff quedó en libertad.
Más recientemente, el pasado mes de agosto, Angela Merkel, a instancias del parlamento alemán, se negó a ratificar el tratado mundial contra la corrupción pública aprobado por las Naciones Unidas hace casi diez años y al que ya se han sumado 160 países. Lo cual convierte a Alemania y la República Checa en los únicos países de la UE que aún no lo han suscrito. ¿A qué se debe esta negativa? Pues a que en Alemania la inmunidad parlamentaria dista mucho del sistema extremadamente garantista español (aunque visto el caso Lambsdorff, tampoco parece que sea demasiado problema). Los parlamentarios alemanes, de suscribir el tratado, temían tener que someterse a investigaciones sin juicio que pudieran arruinar su carrera. Y siendo como son políticos profesionales que aspiran a vivir de la política el mayor tiempo posible, ¿por qué habrían de arriesgarse? Y es que la casta política también es un problema en Alemania.
En lo que se refiere al ciudadano alemán común, la situación es muy diferente. El pacto social entre sindicatos y empresarios, que ha logrado una mayor seguridad en el empleo a cambio de moderación salarial, ha elevado del 4.8% al 7,2% (de 2005 a 2010) el número de trabajadores que se encuentran en el límite del umbral de la pobreza. Un porcentaje que sigue aumentando año tras año, de tal suerte que, en general, la precariedad laboral se ha convertido en un fenómeno creciente. Y si bien es cierto que Alemania ha podido superar los 41 millones de empleos en plena convulsión económica global, no menos cierto es que este logro ha sido a costa del sacrificio de sus ciudadanos, en especial de la menguante clase media alemana, la cual se está proletarizando a gran velocidad.
Si unimos la corrupción política (problema ante el que los alemanes son cada vez más conscientes y críticos) a los sacrificios que el ciudadano común lleva asumidos desde que en el año 2003 el entonces canciller Gerhard Schröder se embarcara en el mayor proceso de reformas desde la 2ª Guerra Mundial, nos encontramos con una sociedad muy presionada que encaja de muy mala gana esfuerzos añadidos. Especialmente cuando estos tienen como fin salvar de la quiebra a países indisciplinados, cuya clase política, aún más corrupta que la suya, se resiste ferozmente a aplicar las mismas reformas estructurales que ellos tuvieron que digerir en su día.
En resumen, pese a que la percepción exterior sea que en Alemania las cosas van sobre ruedas, nada más lejos de la realidad. Las tensiones sociales son crecientes. Y el margen de maniobra de la clase política alemana, fiada como todas al corto plazo, cada vez es más estrecho. Y Angela Merkel, que tiene la vista puesta en las elecciones federales del mes de octubre de 2013, es consciente de ello. Por eso ha pospuesto la unión bancaria justamente para finales de ese mismo año o principios 2014 (y ya veremos). Pero la cuestión de fondo es: ¿pueden nuestros políticos –o nosotros mismos– acusar a la señora Merkel por hacer exactamente lo mismo que ellos hacen a diario; es decir, tomar decisiones en función de sus intereses a corto plazo, mentir, engañar y si es preciso traicionar la palabra dada?
La España delirante
Mientras tanto, en nuestro país el delirio parece haberse apoderado de un gran número de ciudadanos. Y lejos de aceptar la realidad, han decidido amotinarse para exigir el mantenimiento de un gasto público insostenible. No quieren enterarse de que España no puede ya digerir su actual deuda (pública y privada). Y por más que nos habiliten líneas de crédito, rescates condicionales o incluso la recapitalización directa, no saldremos de esta crisis, ni aunque pasen cien años, si hemos de hacerlo por nuestros propios medios. Necesitamos imperiosamente no sólo que Europa asuma que habrá pérdidas sino que participe de ellas. Esa es la clave.
Y para conseguir tan difícil objetivo, lo que hacemos los inteligentes españoles es proyectar al mundo la peor imagen posible de España. Ahí tenemos a Artur Mas, dispuesto a bolivarizar Cataluña y trasladar al exterior la imagen de una España al borde de la fractura territorial. Y en el País Vasco, ganando cada día más poder, un clan de apóstatas del marxismo salidos de la máquina del tiempo, cuya propuesta económica estrella es –¡en pleno siglo XXI!– igualar los ingresos económicos de los ciudadanos por ley. Y en la calle, estimuladas por una izquierda que ha perdido por completo los papeles, manifestaciones y algaradas de todo tipo y pelaje un día sí y otro también. Y en las alturas, las élites empresariales a lo suyo, haciendo la guerra por su cuenta. Y, para colofón, nuestro Gobierno dispuesto a sacrificarnos a todos en el altar del síndrome griego: es decir, recortar pero no reformar.
Sí, es cierto, Angela Merkel nos ha traicionado. A fin de cuentas es una política profesional muy presionada por una opinión pública alemana harta de sacrificios. Pero no nos engañemos, la España delirante ha sido, es y será nuestro peor enemigo.
JAVIER BENEGAS (21-10-2012)
http://vozpopuli.com/blogs/1678-javier-benegas-de-la-traicion-de-merkel-al-delirio-espanol
Desencanto popular español con Merkel:
CANCIÓN PARA ANGELA MERKEL: https://www.youtube.com/watch?v=LiSMUqWj6BY[/
size]Al margen de afinidades o antipatías, quien más y quien menos ve en Alemania un país muy rico, con una economía fuerte, una ciudadanía tradicionalmente trabajadora y eficiente y una clase política que, aunque con tics muy sospechosos, parece más competente y bastante menos corrupta que la de los países del sur. Y por ello, en lo que se refiere a la “crisis del Euro” y más concretamente a nuestro calvario particular, la actitud avara –para algunos, traicionera– de Angela Merkel es difícilmente digerible. Sin embargo, la realidad es algo más compleja.
Casta política, corrupción y proletarización
En Alemania no es oro todo lo que reluce. Y si bien su legislación es muy severa en lo que se refiere a sobornos a parlamentarios extranjeros por parte de empresas alemanas, curiosamente no es igualmente estricta si el sobornado es un parlamentario alemán.
Uno de los hitos que evidenció esta laxitud legal fue el caso del exministro de finanzas Otto Graf Lambsdorff, que fue procesado en 1984 por aceptar donaciones a su partido, el FDP, por parte de la empresa Flick. [ El caso se extendió a España, ya que la Fundación Friedrich Ebert, próxima al Partido Socialista Alemán, SPD, destinó donaciones de Flick por valor 1.000.000 de marcos alemanes para financiar al PSOE de Felipe González.] Sorprendentemente Lambsdorff resultó absuelto a pesar de que el soborno fue probado. Pues su condición de parlamentario le permitió alegar que actuó creyendo que lo que hacía era legítimo. Y puesto que “no era consciente” de cometer un delito, a juicio del tribunal no se cumplía el requisito que la ley alemana considera imprescindible: la intencionalidad. Por lo que Lambsdorff quedó en libertad.
Más recientemente, el pasado mes de agosto, Angela Merkel, a instancias del parlamento alemán, se negó a ratificar el tratado mundial contra la corrupción pública aprobado por las Naciones Unidas hace casi diez años y al que ya se han sumado 160 países. Lo cual convierte a Alemania y la República Checa en los únicos países de la UE que aún no lo han suscrito. ¿A qué se debe esta negativa? Pues a que en Alemania la inmunidad parlamentaria dista mucho del sistema extremadamente garantista español (aunque visto el caso Lambsdorff, tampoco parece que sea demasiado problema). Los parlamentarios alemanes, de suscribir el tratado, temían tener que someterse a investigaciones sin juicio que pudieran arruinar su carrera. Y siendo como son políticos profesionales que aspiran a vivir de la política el mayor tiempo posible, ¿por qué habrían de arriesgarse? Y es que la casta política también es un problema en Alemania.
En lo que se refiere al ciudadano alemán común, la situación es muy diferente. El pacto social entre sindicatos y empresarios, que ha logrado una mayor seguridad en el empleo a cambio de moderación salarial, ha elevado del 4.8% al 7,2% (de 2005 a 2010) el número de trabajadores que se encuentran en el límite del umbral de la pobreza. Un porcentaje que sigue aumentando año tras año, de tal suerte que, en general, la precariedad laboral se ha convertido en un fenómeno creciente. Y si bien es cierto que Alemania ha podido superar los 41 millones de empleos en plena convulsión económica global, no menos cierto es que este logro ha sido a costa del sacrificio de sus ciudadanos, en especial de la menguante clase media alemana, la cual se está proletarizando a gran velocidad.
Si unimos la corrupción política (problema ante el que los alemanes son cada vez más conscientes y críticos) a los sacrificios que el ciudadano común lleva asumidos desde que en el año 2003 el entonces canciller Gerhard Schröder se embarcara en el mayor proceso de reformas desde la 2ª Guerra Mundial, nos encontramos con una sociedad muy presionada que encaja de muy mala gana esfuerzos añadidos. Especialmente cuando estos tienen como fin salvar de la quiebra a países indisciplinados, cuya clase política, aún más corrupta que la suya, se resiste ferozmente a aplicar las mismas reformas estructurales que ellos tuvieron que digerir en su día.
En resumen, pese a que la percepción exterior sea que en Alemania las cosas van sobre ruedas, nada más lejos de la realidad. Las tensiones sociales son crecientes. Y el margen de maniobra de la clase política alemana, fiada como todas al corto plazo, cada vez es más estrecho. Y Angela Merkel, que tiene la vista puesta en las elecciones federales del mes de octubre de 2013, es consciente de ello. Por eso ha pospuesto la unión bancaria justamente para finales de ese mismo año o principios 2014 (y ya veremos). Pero la cuestión de fondo es: ¿pueden nuestros políticos –o nosotros mismos– acusar a la señora Merkel por hacer exactamente lo mismo que ellos hacen a diario; es decir, tomar decisiones en función de sus intereses a corto plazo, mentir, engañar y si es preciso traicionar la palabra dada?
La España delirante
Mientras tanto, en nuestro país el delirio parece haberse apoderado de un gran número de ciudadanos. Y lejos de aceptar la realidad, han decidido amotinarse para exigir el mantenimiento de un gasto público insostenible. No quieren enterarse de que España no puede ya digerir su actual deuda (pública y privada). Y por más que nos habiliten líneas de crédito, rescates condicionales o incluso la recapitalización directa, no saldremos de esta crisis, ni aunque pasen cien años, si hemos de hacerlo por nuestros propios medios. Necesitamos imperiosamente no sólo que Europa asuma que habrá pérdidas sino que participe de ellas. Esa es la clave.
Y para conseguir tan difícil objetivo, lo que hacemos los inteligentes españoles es proyectar al mundo la peor imagen posible de España. Ahí tenemos a Artur Mas, dispuesto a bolivarizar Cataluña y trasladar al exterior la imagen de una España al borde de la fractura territorial. Y en el País Vasco, ganando cada día más poder, un clan de apóstatas del marxismo salidos de la máquina del tiempo, cuya propuesta económica estrella es –¡en pleno siglo XXI!– igualar los ingresos económicos de los ciudadanos por ley. Y en la calle, estimuladas por una izquierda que ha perdido por completo los papeles, manifestaciones y algaradas de todo tipo y pelaje un día sí y otro también. Y en las alturas, las élites empresariales a lo suyo, haciendo la guerra por su cuenta. Y, para colofón, nuestro Gobierno dispuesto a sacrificarnos a todos en el altar del síndrome griego: es decir, recortar pero no reformar.
Sí, es cierto, Angela Merkel nos ha traicionado. A fin de cuentas es una política profesional muy presionada por una opinión pública alemana harta de sacrificios. Pero no nos engañemos, la España delirante ha sido, es y será nuestro peor enemigo.
JAVIER BENEGAS (21-10-2012)
http://vozpopuli.com/blogs/1678-javier-benegas-de-la-traicion-de-merkel-al-delirio-espanol
Desencanto popular español con Merkel:
CANCIÓN PARA ANGELA MERKEL: https://www.youtube.com/watch?v=LiSMUqWj6BY[/
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
De El Banquete a la Cena de los Idiotas
De El Banquete a la Cena de los Idiotas
La estupidez y la mentira han sido grandes ejes que han movido a la Humanidad desde siempre. Ignorarlos es propio de estúpidos y mentirosos. Quizás, incluso y por ser etimológicamente más precisos, más que la estupidez, la idiotez, que es cuando sabes que algo puedes ser mejor y participativo pero te alienas con tu propio ser para ser pasivo. Como le sucede al protagonista de El Príncipe Idiota de Dostoyevski, algunos eligen el camino de la mediocridad. El problema viene cuando lo hace toda una sociedad y encumbra a los idiotas, no para reírse de ellos sino para ponerlos como ejemplo. Hemos pasado de un mundo donde a los filósofos se les sentaba a debatir, como en El Banquete, a una Cena de los Idiotas en la que estos han conquistado el poder y se adueñan de la casa. Por eso aceptamos que un señor diga, cobrando, ojo, que el sacrificio está mal y que todo es disfrutar. Pasa por olvidar que no es lo mismo tripalium (de donde viene la palabra castellana "trabajo", siendo en origen un instrumento de tortura) que labor, ya que éste sí puede realizarse como entrega a una causa que consideramos ineludible o sagrada, y de ahí el sacrum facere, o sacrificio. De hecho, una de sus acepciones según el Diccionario de la RAE es "acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor". Así, pues, el sacrificio no es malo, sino la consideración cultural de aquello que se sacrifica. Igualmente, el conferenciante negaba los valores de esfuerzo y responsabilidad. No voy a entrar en ello, ya he mencionado la estupidez como elemento que usan algunos para justificar lo injustificable.
Por supuesto no podía faltar, al hilo de esto, la mención a tres aspectos básicos vinculados al esfuerzo. El primero de ellos es que las sociedades "católicas" (usando sin conocerlo terminología weberiana) son menos productivas que las "protestantes". La crítica a este simplista esquema tomado de Max Weber es un reduccionismo maniqueo y esencialista. Nos dice Denes Martos en su Introducción a La ética protestante y el espíritu del capitalismo:
"En este texto, Max Weber se refiere al ascetismo protestante, una de cuyas características es el haberse inspirado, directa o indirectamente, en las escuelas ascéticas católicas pero arrancando – casi literalmente – la práctica ascética de la intimidad del monasterio o de la Orden para volcarla al mundo laico y a la vida mundana. Con ello, lo que originalmente fue pensado como un ejercicio y una disciplina practicadas lejos del mundo y en forma individual, terminó tratando de ser practicado como norma de vida cotidiana aplicable a todo el conjunto social.
Si esta orientación ascética hubiese sido la única característica diferenciadora del protestantismo, probablemente sus efectos, con ser importantes, no hubieran llegado a ser ni la mitad de relevantes de lo que, de hecho, fueron. Weber halla que el protestantismo en general y la ética del ascetismo mundano en particular constituyen una de las fuerzas impulsoras del capitalismo (y no la causa del surgimiento del capitalismo como algún lector superficial de Weber ha cometido el error de interpretar). Existe – y Weber lo demuestra – un nexo entre el protestantismo ascético y el capitalismo. Pero la evolución de esta tendencia, por si sola, muy probablemente no hubiera podido prevalecer de no hallarse asistida por otro ingrediente esencial: la doctrina de la predestinación aportada por el calvinismo.
Lo menos que puede decirse de esta doctrina es que resulta siniestra. El sólo pensar que ya al momento de nacer estamos condenados o salvados, más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer en la vida, sencillamente produce escalofríos."
Como señala Andreski (Max Weber's Insights and Errors), Weber plantea un modelo comparativo a nivel histórico interesante por su establecimiento de procesos paralelos pero no tiene en cuenta las construcciones culturales de éxito al basarse en principios esencialistas (geist). He aquí una cuestión básica, ¿qué es el éxito? ¿es más exitoso el modelo centroeuropeo donde un país como Alemania tiene un alto índice de economía financiera dependiente del expolio a través de deuda con los países mal llamados PIGS? ¿quién triunfa, expoliador o expoliado? En Cádiz lo tienen claro.
Es curioso que en el debate acerca del supuesto éxito protestante se olviden señalar diversos aspectos. Vamos a empezar por el hecho de que se olvida con frecuencia lo que señala Martos que el protestantismo, no es para Weber generador del capitalismo, sino impulsor en la medida en la que es el calvinismo realmente al aportar la idea de predestinación la que eleva exponencialmente las ideas fundamentales del capitalismo. El conferenciante entraba en habituales contradicciones al indicar que se sentía dueño de su destino, que no le gustaba pensar que su vida era previsible, y al mismo tiempo participar del principio de predestinación. Dueño de tu vida, sí, pero menos. Probablemente todo fuera un problema psicológico derivado de confrontaciones familiares, "la eterna huida" como salida a la represión cultural del núcleo familiar.
Otro aspecto que se suele soslayar es la situación por la cual algunos de estos países tiene una situación económica o de bienestar social mejor, en teoría, que los países "católico" o "mediterráneos" (Irlanda anda algo lejos y Grecia no es precisamente católica). No hay que olvidar que más que aspectos religiosos concretos, debe atenderse a elementos culturales y sociales conectados con la práctica privada de la religión. El concepto de culpa y perdón juega un papel esencial en esta cuestión. Una sociedad basada en la culpa entiende la deuda como un elemento de necesidad y débito respecto a otra persona, pudiendo comprometer el flujo económico en base a esta promesa de cobro. Piénsese por ejemplo en los productos que no tienen beneficios directos del consumidor con carácter monetario, como sucede por ejemplo con algunas aplicaciones informáticas. Su rentabilidad es una promesa, y la empresa que lo genera obtiene beneficios de fondos de inversión que creen que ese producto tendrá un valor futuro que será "patrimonializable" o incluso "monetizable". Esto, en realidad, interesa menos porque la moneda es moneda, aunque la intercambiabilidad financiera actual permita tratar la moneda como otro valor más de crecimiento o decrecimiento. De esta forma, los diversos tipos de deuda se convierten en posibilidades de riqueza a través de una economía de circuito donde la circulación de esa deuda-promesa, real o no como sucede con los activos tóxicos, puede llegar a cotizar y permitir el flujo. Esto choca con las culturas basadas en el perdón, donde la deuda es mutable y no necesariamente patrimonializable. En estas culturas la deuda puede ser revertida en forma de "gracia". Países como EEUU o Alemania se han beneficiado de esto, por ejemplo, para lograr apoyos en el caso germano en el seno del BCE (un Bundesbank en la práctica) o de la propia Comisión Europea. Pero el sentido último, en definitiva, es el de cobrar. De hecho, Alemania es uno de los países más endeudados del mundo (su segunda mayor banca está parcialmente nacionalizada).
El modelo alemán, en gran medida, ha fracasado. Basaron su alto nivel de Estado del Bienestar en una esperanza de retorno de la deuda que se produjo mientras crecía la burbuja inmobiliaria-financiera. Al quebrar, exigen ahora los préstamos, pero se encuentran con la realidad: no son los países "mediterráneos" los que vivieron por encima de sus posibilidades, sino que son los "protestantes" los que prestaron por encima de las suyas. Es más, se pervierte el sentido de "corrupción", ya que mientras en los países "mediterráneos" constituye una lacra estructural que no impide el funcionamiento del sistema (deficitario no es lo mismo que fracasado), en Alemania se produce de modo coyuntural en función de las necesidades que se van generando, como sucedió con el caso Lambsdorff. De hecho, Alemania tiene una laxa legislación acerca del soborno a parlamentarios siempre y cuando se produzca dentro del país, y ni siquiera ha ratificado el Tratado Mundial contra la Corrupción Pública, uno de los pocos en no hacerlo junto con República Checa.
No es, pues, una absurda batalla entre dos modelos culturales, y ni siquiera puede aseverarse que uno es mejor que otro. En cada ámbito cultural, la mejor cultura posible es la que ya existe porque es la que ha ordenado, mediante el acto represivo que supone, las pulsiones, instintos, y elementos institucionales y de organización de esa comunidad. No se puede imponer una cultura, ni mucho menos económica. El debate se ha reducido por intereses espurios. Se achaca al ámbito "católico" o mediterráneo el no tener control de gasto, el haber aumentado el déficit y el no generar confianza en poder pagar la deuda. Era lo esperable, de todos modos. Alberto Garzón, diputado por IU y economista, señala: "el objetivo de los grandes bancos y fondos de inversión no es disciplinar países, sino hacer negocio. Y aprovechan cualquier situación: cuando un país aparece débil, rápidamente sacan tajada. Los prejuicios suelen servirles para ese fin, ya que ayudan a focalizar la situación en los estados con los que van a especular. Se puede acusar a Grecia de ser un país de vagos, aunque sea el estado de la OCDE donde más horas se trabaja [aunque no donde más se produce, la productividad es otra cosa aunque eso no lo entiendan en la CEOE]. Se repiten unos cuantos estereotipos en los medios y ya tienes el contexto preciso para continuar con el ataque especulativo”.
Por supuesto, para el protestante alemán, la culpa es de la víctimas, de los deudores, que quieren que se les perdonen las deudas "como también nosotros perdonamos a los que nos deben". Weber, en pleno auge del esencialismo (escribió su obra más referida en economía en 1905) escribió lo siguiente:
“El mundo protestante es más exitoso económicamente que el católico gracias al influjo de la religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez, ahorro y apego permitido a lo material (…) El católico es conformista y prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el riesgo. La Iglesia católica castiga al hereje, pero es indulgente con el pecador. El protestante pone el énfasis no en la confesión, sino en la conducta. Cualquier fabricante sabe que es la falta de conciencia de los trabajadores de países como Italia uno de los obstáculos de su evolución capitalista y de todo progreso”.
Trabajo como castigo (tripalium) según el mundo católico o como realización personal según el protestante. Pero esto último vuelve a olvidarse del principio de estupidez y la mentira. No todo el que ejecuta un trabajo acaba haciéndolo de un modo adecuado por lo que busca finalmente el perdón por sus errores, aun siendo incluso un perdón personal. E, igualmente, la mentira (una de sus formas es la corrupción, no como ocultación como hemos visto sino como otras vías para llegar a la finalidad última, el enriquecimiento) se hace presente en estas sociedades. Además, se olvida que en el seno de la cultura católica se distinguía entre tripalium o trabajo y labor, aquellas prácticas que tenían lugar por ejemplo en los monasterios y cuya finalidad era honrar a Dios (sacrum facere) mediante el sacrificio personal.
Sin embargo, centrar el debate en estos elementos sitúa cronológicamente el origen del modelo económico en unos parámetros determinados. La idea del trabajo como algo carente de prestigio ya venía de antes. En época romana, al igual que sucedería en toda la aristocracia medieval y del Antiguo Régimen, el negocio (nec otium) no era tarea para las elites, entregadas al ocio (otium). Ojo, el ocio no era la vagancia, sino la realización de un proyecto de vida personal donde la dignidad familiar crecía mediante actividades prestigiosas. Si se tenía riqueza era porque la sociedad aceptaba que la diosa Fortuna te había tocado, y todos aspiraban a participar de esa "suerte" que se emanaba. Guarda más relación con la aptitud, con el hecho de aceptar que se es mejor (aristoi) por capacidades personales que por mérito, el cual es conseguido mediante el esfuerzo. Como dice Zarzalejos, "la ética calvinista ensalza la individualidad, el mérito de cada persona y la justicia de que cada cual se labre su suerte. No se socializa ni el éxito ni el fracaso. Cada cual debe salir de su propio atolladero con el sudor de su frente y aquel que no lo consigue deberá asumir la pobreza. El despilfarro se proscribe, pero la ganancia legítima se aplaude y la excelencia se enaltece." En esto último, el citado conferenciante entraba en otra contradicción: negaba el esfuerzo como algo positivo, en consonancia con la mentalidad mediterránea, y preconizaba la idea de que lo ideal no es ser mejor, sino diferente. Predicar por un lado la bondad del protestantismo-calvinismo pero, al mismo tiempo, decir sus argumentos no son válidos.
Esta esquizofrenia cultural es la que nos viene sometiendo desde hace bastante tiempo. Y la ignorancia, claro está. Se ignora, como hacía Weber y critica Robertson (Aspects of Economic Individualism) que las líneas básicas del modelo capitalista se basan en el comercio más o menos libre que surgió por ejemplo en las ciudades estado italianas del siglo XIV, en un contexto perfectamente católico. Es más, una cierta forma de capitalismo ya se daba en época romana, especialmente durante el Alto Imperio. No todo son blancos y negros, sino grises. En realidad, señala Kauder, quien introdujo realmente el trabajo como valor económico, y por tanto lo traspasó de elementos sociales a mercantiles, fue Smith, sin que con ello pretendería fundamentar un modelo de transacciones mercantiles sino justificar moralmente el modo en el cual el Reino Unido se enriquecía. Resulta historiográficamente irónico que haya que mencionar en este punto a Marx, como una suerte de eterno duelo, vacío por otra parte y lleno de maniqueísmo dogmático. En efecto, fue Marx quien percibió que Smith o Locke obviaban la estupidez y la mentira. Pretendían creer que los precios y los salarios se ajustarían dado que surgirían de la "cantidad de trabajo invertida en cada bien". Sabemos de sobra que ésta es una idea ingenua, como hoy tratan de exponer quienes defienden el salario por productividad y no por horas de trabajo.
Se olvida también con una frecuencia sorprendente que el destinatario último del sistema económico es el usuario. La economía financiera del último medio siglo ha exacerbado el beneficio de las grandes empresas por encima del de los consumidores, lo que en una economía basada en el consumo aboca al desastre. Se ha olvidado con ello, igualmente, un principio que es aristotélico, la causa final de todo proceso es la búsqueda de una forma moderada de placer. El usuario de un modelo económico busca ese placer, mucho más que la racionalidad en la eficiencia de lo que está usando. Prueba de ello es que el modelo de laissez-faire no fue aplicado de forma estricta por los británicos protestantes del siglo XIX que vivían en pleno auge económico, y por tanto estaban satisfechos, sino por los católicos franceses como Molinari que buscaban perfeccionar la idea de la utilidad marginal, la teoría subjetiva del valor y la del precio de mercado como precio justo.
Y en medio de todo esto, volviendo en el fondo al eje principal, ¿qué es el éxito? Para Churchill era "aprender a ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo." No es una definición desacertada desde el punto de vista del aprendizaje personal y el crecimiento. Incluso para un modelo empresarial no deja de ser una aceptación de que se puede fracasar y no por ello se debe perder la motivación. Pero, ¿y desde el punto de vista económico? Seguramente otro conferenciante, mucho más congruente que el que ha servido de ejemplo, hablando sobre coaching dio aún más en el clavo, y como dijo Brigitte Bardot, "he tenido éxito en la vida. Ahora intento hacer de mi vida un éxito" . No existen, pues, sistemas económicos fracasados más que aquellos que hacen irrealizables las aspiraciones personales de quienes son sus usuarios. Sea tu aspiración acumular riqueza y poder, sea simplemente vivir en paz y junto a los tuyos.
Aarón A. Reyes Domínguez
http://elhombrebizantino.wordpress.com/2012/11/29/del-banquete-a-la-cena-de-los-idiotas/
La estupidez y la mentira han sido grandes ejes que han movido a la Humanidad desde siempre. Ignorarlos es propio de estúpidos y mentirosos. Quizás, incluso y por ser etimológicamente más precisos, más que la estupidez, la idiotez, que es cuando sabes que algo puedes ser mejor y participativo pero te alienas con tu propio ser para ser pasivo. Como le sucede al protagonista de El Príncipe Idiota de Dostoyevski, algunos eligen el camino de la mediocridad. El problema viene cuando lo hace toda una sociedad y encumbra a los idiotas, no para reírse de ellos sino para ponerlos como ejemplo. Hemos pasado de un mundo donde a los filósofos se les sentaba a debatir, como en El Banquete, a una Cena de los Idiotas en la que estos han conquistado el poder y se adueñan de la casa. Por eso aceptamos que un señor diga, cobrando, ojo, que el sacrificio está mal y que todo es disfrutar. Pasa por olvidar que no es lo mismo tripalium (de donde viene la palabra castellana "trabajo", siendo en origen un instrumento de tortura) que labor, ya que éste sí puede realizarse como entrega a una causa que consideramos ineludible o sagrada, y de ahí el sacrum facere, o sacrificio. De hecho, una de sus acepciones según el Diccionario de la RAE es "acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor". Así, pues, el sacrificio no es malo, sino la consideración cultural de aquello que se sacrifica. Igualmente, el conferenciante negaba los valores de esfuerzo y responsabilidad. No voy a entrar en ello, ya he mencionado la estupidez como elemento que usan algunos para justificar lo injustificable.
Por supuesto no podía faltar, al hilo de esto, la mención a tres aspectos básicos vinculados al esfuerzo. El primero de ellos es que las sociedades "católicas" (usando sin conocerlo terminología weberiana) son menos productivas que las "protestantes". La crítica a este simplista esquema tomado de Max Weber es un reduccionismo maniqueo y esencialista. Nos dice Denes Martos en su Introducción a La ética protestante y el espíritu del capitalismo:
"En este texto, Max Weber se refiere al ascetismo protestante, una de cuyas características es el haberse inspirado, directa o indirectamente, en las escuelas ascéticas católicas pero arrancando – casi literalmente – la práctica ascética de la intimidad del monasterio o de la Orden para volcarla al mundo laico y a la vida mundana. Con ello, lo que originalmente fue pensado como un ejercicio y una disciplina practicadas lejos del mundo y en forma individual, terminó tratando de ser practicado como norma de vida cotidiana aplicable a todo el conjunto social.
Si esta orientación ascética hubiese sido la única característica diferenciadora del protestantismo, probablemente sus efectos, con ser importantes, no hubieran llegado a ser ni la mitad de relevantes de lo que, de hecho, fueron. Weber halla que el protestantismo en general y la ética del ascetismo mundano en particular constituyen una de las fuerzas impulsoras del capitalismo (y no la causa del surgimiento del capitalismo como algún lector superficial de Weber ha cometido el error de interpretar). Existe – y Weber lo demuestra – un nexo entre el protestantismo ascético y el capitalismo. Pero la evolución de esta tendencia, por si sola, muy probablemente no hubiera podido prevalecer de no hallarse asistida por otro ingrediente esencial: la doctrina de la predestinación aportada por el calvinismo.
Lo menos que puede decirse de esta doctrina es que resulta siniestra. El sólo pensar que ya al momento de nacer estamos condenados o salvados, más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer en la vida, sencillamente produce escalofríos."
Como señala Andreski (Max Weber's Insights and Errors), Weber plantea un modelo comparativo a nivel histórico interesante por su establecimiento de procesos paralelos pero no tiene en cuenta las construcciones culturales de éxito al basarse en principios esencialistas (geist). He aquí una cuestión básica, ¿qué es el éxito? ¿es más exitoso el modelo centroeuropeo donde un país como Alemania tiene un alto índice de economía financiera dependiente del expolio a través de deuda con los países mal llamados PIGS? ¿quién triunfa, expoliador o expoliado? En Cádiz lo tienen claro.
Es curioso que en el debate acerca del supuesto éxito protestante se olviden señalar diversos aspectos. Vamos a empezar por el hecho de que se olvida con frecuencia lo que señala Martos que el protestantismo, no es para Weber generador del capitalismo, sino impulsor en la medida en la que es el calvinismo realmente al aportar la idea de predestinación la que eleva exponencialmente las ideas fundamentales del capitalismo. El conferenciante entraba en habituales contradicciones al indicar que se sentía dueño de su destino, que no le gustaba pensar que su vida era previsible, y al mismo tiempo participar del principio de predestinación. Dueño de tu vida, sí, pero menos. Probablemente todo fuera un problema psicológico derivado de confrontaciones familiares, "la eterna huida" como salida a la represión cultural del núcleo familiar.
Otro aspecto que se suele soslayar es la situación por la cual algunos de estos países tiene una situación económica o de bienestar social mejor, en teoría, que los países "católico" o "mediterráneos" (Irlanda anda algo lejos y Grecia no es precisamente católica). No hay que olvidar que más que aspectos religiosos concretos, debe atenderse a elementos culturales y sociales conectados con la práctica privada de la religión. El concepto de culpa y perdón juega un papel esencial en esta cuestión. Una sociedad basada en la culpa entiende la deuda como un elemento de necesidad y débito respecto a otra persona, pudiendo comprometer el flujo económico en base a esta promesa de cobro. Piénsese por ejemplo en los productos que no tienen beneficios directos del consumidor con carácter monetario, como sucede por ejemplo con algunas aplicaciones informáticas. Su rentabilidad es una promesa, y la empresa que lo genera obtiene beneficios de fondos de inversión que creen que ese producto tendrá un valor futuro que será "patrimonializable" o incluso "monetizable". Esto, en realidad, interesa menos porque la moneda es moneda, aunque la intercambiabilidad financiera actual permita tratar la moneda como otro valor más de crecimiento o decrecimiento. De esta forma, los diversos tipos de deuda se convierten en posibilidades de riqueza a través de una economía de circuito donde la circulación de esa deuda-promesa, real o no como sucede con los activos tóxicos, puede llegar a cotizar y permitir el flujo. Esto choca con las culturas basadas en el perdón, donde la deuda es mutable y no necesariamente patrimonializable. En estas culturas la deuda puede ser revertida en forma de "gracia". Países como EEUU o Alemania se han beneficiado de esto, por ejemplo, para lograr apoyos en el caso germano en el seno del BCE (un Bundesbank en la práctica) o de la propia Comisión Europea. Pero el sentido último, en definitiva, es el de cobrar. De hecho, Alemania es uno de los países más endeudados del mundo (su segunda mayor banca está parcialmente nacionalizada).
El modelo alemán, en gran medida, ha fracasado. Basaron su alto nivel de Estado del Bienestar en una esperanza de retorno de la deuda que se produjo mientras crecía la burbuja inmobiliaria-financiera. Al quebrar, exigen ahora los préstamos, pero se encuentran con la realidad: no son los países "mediterráneos" los que vivieron por encima de sus posibilidades, sino que son los "protestantes" los que prestaron por encima de las suyas. Es más, se pervierte el sentido de "corrupción", ya que mientras en los países "mediterráneos" constituye una lacra estructural que no impide el funcionamiento del sistema (deficitario no es lo mismo que fracasado), en Alemania se produce de modo coyuntural en función de las necesidades que se van generando, como sucedió con el caso Lambsdorff. De hecho, Alemania tiene una laxa legislación acerca del soborno a parlamentarios siempre y cuando se produzca dentro del país, y ni siquiera ha ratificado el Tratado Mundial contra la Corrupción Pública, uno de los pocos en no hacerlo junto con República Checa.
No es, pues, una absurda batalla entre dos modelos culturales, y ni siquiera puede aseverarse que uno es mejor que otro. En cada ámbito cultural, la mejor cultura posible es la que ya existe porque es la que ha ordenado, mediante el acto represivo que supone, las pulsiones, instintos, y elementos institucionales y de organización de esa comunidad. No se puede imponer una cultura, ni mucho menos económica. El debate se ha reducido por intereses espurios. Se achaca al ámbito "católico" o mediterráneo el no tener control de gasto, el haber aumentado el déficit y el no generar confianza en poder pagar la deuda. Era lo esperable, de todos modos. Alberto Garzón, diputado por IU y economista, señala: "el objetivo de los grandes bancos y fondos de inversión no es disciplinar países, sino hacer negocio. Y aprovechan cualquier situación: cuando un país aparece débil, rápidamente sacan tajada. Los prejuicios suelen servirles para ese fin, ya que ayudan a focalizar la situación en los estados con los que van a especular. Se puede acusar a Grecia de ser un país de vagos, aunque sea el estado de la OCDE donde más horas se trabaja [aunque no donde más se produce, la productividad es otra cosa aunque eso no lo entiendan en la CEOE]. Se repiten unos cuantos estereotipos en los medios y ya tienes el contexto preciso para continuar con el ataque especulativo”.
Por supuesto, para el protestante alemán, la culpa es de la víctimas, de los deudores, que quieren que se les perdonen las deudas "como también nosotros perdonamos a los que nos deben". Weber, en pleno auge del esencialismo (escribió su obra más referida en economía en 1905) escribió lo siguiente:
“El mundo protestante es más exitoso económicamente que el católico gracias al influjo de la religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez, ahorro y apego permitido a lo material (…) El católico es conformista y prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el riesgo. La Iglesia católica castiga al hereje, pero es indulgente con el pecador. El protestante pone el énfasis no en la confesión, sino en la conducta. Cualquier fabricante sabe que es la falta de conciencia de los trabajadores de países como Italia uno de los obstáculos de su evolución capitalista y de todo progreso”.
Trabajo como castigo (tripalium) según el mundo católico o como realización personal según el protestante. Pero esto último vuelve a olvidarse del principio de estupidez y la mentira. No todo el que ejecuta un trabajo acaba haciéndolo de un modo adecuado por lo que busca finalmente el perdón por sus errores, aun siendo incluso un perdón personal. E, igualmente, la mentira (una de sus formas es la corrupción, no como ocultación como hemos visto sino como otras vías para llegar a la finalidad última, el enriquecimiento) se hace presente en estas sociedades. Además, se olvida que en el seno de la cultura católica se distinguía entre tripalium o trabajo y labor, aquellas prácticas que tenían lugar por ejemplo en los monasterios y cuya finalidad era honrar a Dios (sacrum facere) mediante el sacrificio personal.
Sin embargo, centrar el debate en estos elementos sitúa cronológicamente el origen del modelo económico en unos parámetros determinados. La idea del trabajo como algo carente de prestigio ya venía de antes. En época romana, al igual que sucedería en toda la aristocracia medieval y del Antiguo Régimen, el negocio (nec otium) no era tarea para las elites, entregadas al ocio (otium). Ojo, el ocio no era la vagancia, sino la realización de un proyecto de vida personal donde la dignidad familiar crecía mediante actividades prestigiosas. Si se tenía riqueza era porque la sociedad aceptaba que la diosa Fortuna te había tocado, y todos aspiraban a participar de esa "suerte" que se emanaba. Guarda más relación con la aptitud, con el hecho de aceptar que se es mejor (aristoi) por capacidades personales que por mérito, el cual es conseguido mediante el esfuerzo. Como dice Zarzalejos, "la ética calvinista ensalza la individualidad, el mérito de cada persona y la justicia de que cada cual se labre su suerte. No se socializa ni el éxito ni el fracaso. Cada cual debe salir de su propio atolladero con el sudor de su frente y aquel que no lo consigue deberá asumir la pobreza. El despilfarro se proscribe, pero la ganancia legítima se aplaude y la excelencia se enaltece." En esto último, el citado conferenciante entraba en otra contradicción: negaba el esfuerzo como algo positivo, en consonancia con la mentalidad mediterránea, y preconizaba la idea de que lo ideal no es ser mejor, sino diferente. Predicar por un lado la bondad del protestantismo-calvinismo pero, al mismo tiempo, decir sus argumentos no son válidos.
Esta esquizofrenia cultural es la que nos viene sometiendo desde hace bastante tiempo. Y la ignorancia, claro está. Se ignora, como hacía Weber y critica Robertson (Aspects of Economic Individualism) que las líneas básicas del modelo capitalista se basan en el comercio más o menos libre que surgió por ejemplo en las ciudades estado italianas del siglo XIV, en un contexto perfectamente católico. Es más, una cierta forma de capitalismo ya se daba en época romana, especialmente durante el Alto Imperio. No todo son blancos y negros, sino grises. En realidad, señala Kauder, quien introdujo realmente el trabajo como valor económico, y por tanto lo traspasó de elementos sociales a mercantiles, fue Smith, sin que con ello pretendería fundamentar un modelo de transacciones mercantiles sino justificar moralmente el modo en el cual el Reino Unido se enriquecía. Resulta historiográficamente irónico que haya que mencionar en este punto a Marx, como una suerte de eterno duelo, vacío por otra parte y lleno de maniqueísmo dogmático. En efecto, fue Marx quien percibió que Smith o Locke obviaban la estupidez y la mentira. Pretendían creer que los precios y los salarios se ajustarían dado que surgirían de la "cantidad de trabajo invertida en cada bien". Sabemos de sobra que ésta es una idea ingenua, como hoy tratan de exponer quienes defienden el salario por productividad y no por horas de trabajo.
Se olvida también con una frecuencia sorprendente que el destinatario último del sistema económico es el usuario. La economía financiera del último medio siglo ha exacerbado el beneficio de las grandes empresas por encima del de los consumidores, lo que en una economía basada en el consumo aboca al desastre. Se ha olvidado con ello, igualmente, un principio que es aristotélico, la causa final de todo proceso es la búsqueda de una forma moderada de placer. El usuario de un modelo económico busca ese placer, mucho más que la racionalidad en la eficiencia de lo que está usando. Prueba de ello es que el modelo de laissez-faire no fue aplicado de forma estricta por los británicos protestantes del siglo XIX que vivían en pleno auge económico, y por tanto estaban satisfechos, sino por los católicos franceses como Molinari que buscaban perfeccionar la idea de la utilidad marginal, la teoría subjetiva del valor y la del precio de mercado como precio justo.
Y en medio de todo esto, volviendo en el fondo al eje principal, ¿qué es el éxito? Para Churchill era "aprender a ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo." No es una definición desacertada desde el punto de vista del aprendizaje personal y el crecimiento. Incluso para un modelo empresarial no deja de ser una aceptación de que se puede fracasar y no por ello se debe perder la motivación. Pero, ¿y desde el punto de vista económico? Seguramente otro conferenciante, mucho más congruente que el que ha servido de ejemplo, hablando sobre coaching dio aún más en el clavo, y como dijo Brigitte Bardot, "he tenido éxito en la vida. Ahora intento hacer de mi vida un éxito" . No existen, pues, sistemas económicos fracasados más que aquellos que hacen irrealizables las aspiraciones personales de quienes son sus usuarios. Sea tu aspiración acumular riqueza y poder, sea simplemente vivir en paz y junto a los tuyos.
Aarón A. Reyes Domínguez
http://elhombrebizantino.wordpress.com/2012/11/29/del-banquete-a-la-cena-de-los-idiotas/
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El ataque alemán desahucia a España
De nuevo traigo a la consideración una opinión ajena que me parece interesante para comprender este mundo de la crisis económica en que vivimos. Ha sido publicado en el diario El País y dice así:
Los economistas reiteran hasta la saciedad que la imposición merkeliana de austeridad es un error, pero siguen sin entender que se trata de una truculenta estrategia del Gobierno y la banca alemana para desvalijar al sur de Europa con el fin de tapar el enorme agujero financiero alemán. Este expolio es posible debido a una desregulación jurídica que desde 2000 ha desplazado el capitalismo productivo por un “mercado casino” sin supervisión administrativa, en el que ha quedado suprimido el delito de información privilegiada y que funciona mediante apuestas en las que no hay que identificarse. Esta bolsa privada y sin transparencia, localizada en Nueva York y Londres, está en manos de un cartel compuesto por seis megabancos norteamericanos y seis europeos, todos quebrados y rescatados por sus Gobiernos, es decir, por los contribuyentes.
Este es el verdadero origen de la crisis: un nuevo capitalismo de casino y de apuestas en productos financieros tóxicos —como las hipotecas subprime—, que ahora especula con la deuda soberana de los países del sur. La causa de la crisis, pues, no es ni la burbuja inmobiliaria española, ni el endeudamiento —las deudas inglesa y alemana eran superiores—, ni la indisciplina fiscal. La burbuja ha sido hipotecaria: de titulizar y revender hipotecas tóxicas en el mercado. Precisamente, el Deutsche Bank fue uno de los mayores implicados, según reveló el Senado americano. Este banco ha colocado productos a sus clientes a sabiendas de que perderían dinero, tanto en Norteamérica (paquete “Gemstone VII”) como en Alemania, donde el Tribunal Supremo le condenó en 2011. Los ciudadanos alemanes fueron las primeras víctimas de la voracidad de sus bancos.
Alemania, además, es quien promovió las apuestas contra la deuda del sur. El Deutsche Bank fue uno de los artífices de este nuevo Merk-ado de deuda soberana —y de su índice de precios Markit— que disparó los ataques especulativos. Goldman Sachs asesoró a Grecia para ocultar su deuda y así logró entrar en el euro, después, con esta información privilegiada, apostó junto con Deutsche Bank que Grecia se hundiría. Atacar a países del sur fue la fórmula del Gobierno y bancos alemanes para recuperar las pérdidas de sus bancos ludópatas.
Semejante giro depredador contra la propia zona euro lo motivó la filtración del informe confidencial del supervisor financiero alemán, el BaFIN (confirmado por otro de Merrill Lynch), que valoraba en 800.000 millones los activos tóxicos del país en 2009. Dichos datos delatarían que una Alemania especulativa había reemplazado a su reputado capitalismo industrial. En vez de procesar a los responsables, cerraron filas e iniciaron el descrédito del sur para desviar la atención y sojuzgarlos.
Las Bankias alemanas han sido muchas: Hypo Real Estate fue rescatado con más de 100.000 millones de euros y en 2009 fue nacionalizado en un 90%; el Industriebank (IKB), con 10.000 millones de euros; los Landesbank (cajas autonómicas), como el Baden-Württemberg, el West o el Sachsen, recibieron unos 150.000 millones de euros; el Dresdner Bank, segunda entidad del país, quebró y fue absorbido por el Commerzbank, que a su vez recibió un rescate de 100.000 millones y cuyo 25% todavía está en manos del Gobierno de Merkel. El caso del Commerzbank es ilustrativo, pues el año pasado devolvió parte del rescate al Gobierno, 14.000 millones de euros. ¿De dónde sacó tan cuantiosos beneficios, si no es apostando en el casino con información privilegiada proporcionada por el propio Gobierno?
Este es el cambio clave del nuevo capitalismo de casino: los rescates y nacionalizaciones han transformado a los Gobiernos alemán, británico, suizo y norteamericano en cobanqueros que ahora disculpan la prolongación de ataques especulativos porque necesitan que estos bancos tengan beneficios rápidos y puedan devolver el dinero inyectado.
Además de estos rescates, Alemania —que se opone a que el BCE ayude a España— oculta que el Deutsche Bank recibió, solo en 2008, 20.000 millones de la Reserva Federal norteamericana junto con 60.000 millones para Credit Suisse y UBS (Unión de Bancos Suizos) a un tipo de interés regalado del 0,01%.
Se entiende cómo funciona un ataque especulativo tomando el paradigmático caso del imperio mediático alemán, Kirch. En 2001 los directivos de Deutsche Bank (Ackermann y Baumann) difundieron rumores falsos de que el grupo no podría pagar su deuda y que no conseguiría financiación. (¿Les suena de algo?) Provocaron la mayor quiebra contemporánea para apoderarse de él. En 2011 la justicia alemana esclareció el asunto y el presidente Ackermann, íntimo amigo de Merkel, dimitió y propuso una indemnización de 1.000 millones de euros para silenciar el escándalo. Como se ve, antes de Grecia, ya estaban curtidos en especulación contra empresas alemanas.
Idéntico sistema se está utilizando para desacreditar al sur. ¿Cómo se beneficia Alemania de este ataque a España?
1. Genera rumores para disparar el interés que pagará España cuando pida prestado dinero. 2. Impone privatizaciones de empresas rentables (aeropuertos, AVE, lotería…) que, de no resistir el Gobierno, pasarán a manos del norte a precio de ganga. 3. Provoca asfixia crediticia para devaluar las acciones de las multinacionales (Telefónica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural…), con lo cual pueden apoderárselas grupos alemanes. 4. Pero lo más rentable al propagar pánico financiero —que es delito— es la huida de dinero por miedo a un corralito. De España en ocho meses de 2012 han salido 330.000 millones de euros (a los que hay que sumar su equivalente en Grecia e Italia), que van a parar a bancos de Suiza, Luxemburgo, Holanda y Alemania, cifras “sin precedentes”, según Bloomberg. El austericidio reporta grandes beneficios…
Bajo el disfraz de la “(in)dependencia”, Jens Weidmann, presidente del Banco Central alemán, ha contribuido a este pánico cuestionando cada test favorable a España. Sigue la línea de su predecesor, Axel Weber, quien el mismo año en que dejó el Bundesbank (2011) fue “premiado” por hostigar al sur con la presidencia de UBS, uno de los bancos privados del eje alemán que se beneficia de la deportación de miles de millones provenientes del sur.
El escándalo del líbor-euríbor y Barclays es la última prueba de las prácticas fraudulentas y especulativas de este cartel, el cual alteraba el precio al que se presta el dinero e incrementó el coste de las hipotecas de los europeos. Entre los implicados están el Deutsche Bank, Credit Suisse y UBS junto con Lloyds y Royal Bank of Scotland (RBS) —son las Bankias del Gobierno inglés, nacionalizados en un 40% y 80%—.
En cambio, nuestros principales bancos, Santander, BBVA y La Caixa, no están implicados en semejantes prácticas. Tampoco han necesitado rescate y el Santander es el mejor banco del mundo según Euromoney. Son un apetecible botín de guerra.
La Comisión Europea no ha detectado el cartel del líbor, ni el entramado especulativo sobre la deuda griega oculta, ni destapa el club bancario que controla el mercado casino de Londres (denunciado todo por la prensa norteamericana). Tampoco indaga quiénes son los beneficiarios del ataque especulativo que está desahuciando a los Estados del sur. ¿Seguirán la UE y el comisario Almunia haciendo la vista gorda a esta manifiesta vulneración del derecho de la competencia? Lo que sí sabemos es que su antecesor, lord Brittan (diseñador del mercado casino con Thatcher), se colocó como vicepresidente de UBS. Otro vicepresidente de la UE, Solbes, es hoy asesor de Barclays.
El Gobierno alemán, el gran desahuciador, pretende apropiarse del capital del sur hasta las elecciones de 2013. España tiene que resistirse al rescate draconiano y reaccionar para desenmascarar esta política perversa de austeridad con movilizaciones y demandas judiciales. El Tribunal de la UE (caso Sint Servatius, 2009) declaró justificada la restricción a la libre circulación de capitales si “socava el equilibrio financiero de las políticas sociales”. Más aún, si tal especulación socava la soberanía económica y la estabilidad de un país miembro. Presenciamos pasivamente la destrucción del mercado único europeo y la imposición de un mercado único euro-alemán.
Thomas Mann ya nos alertó: en vez de una europeización de Alemania, se está implantando una alemanización económica de Europa.
Autores: Manuel Ballbé, catedrático de Derecho de la UAB, y Yaiza Cabedo, abogada.
Los economistas reiteran hasta la saciedad que la imposición merkeliana de austeridad es un error, pero siguen sin entender que se trata de una truculenta estrategia del Gobierno y la banca alemana para desvalijar al sur de Europa con el fin de tapar el enorme agujero financiero alemán. Este expolio es posible debido a una desregulación jurídica que desde 2000 ha desplazado el capitalismo productivo por un “mercado casino” sin supervisión administrativa, en el que ha quedado suprimido el delito de información privilegiada y que funciona mediante apuestas en las que no hay que identificarse. Esta bolsa privada y sin transparencia, localizada en Nueva York y Londres, está en manos de un cartel compuesto por seis megabancos norteamericanos y seis europeos, todos quebrados y rescatados por sus Gobiernos, es decir, por los contribuyentes.
Este es el verdadero origen de la crisis: un nuevo capitalismo de casino y de apuestas en productos financieros tóxicos —como las hipotecas subprime—, que ahora especula con la deuda soberana de los países del sur. La causa de la crisis, pues, no es ni la burbuja inmobiliaria española, ni el endeudamiento —las deudas inglesa y alemana eran superiores—, ni la indisciplina fiscal. La burbuja ha sido hipotecaria: de titulizar y revender hipotecas tóxicas en el mercado. Precisamente, el Deutsche Bank fue uno de los mayores implicados, según reveló el Senado americano. Este banco ha colocado productos a sus clientes a sabiendas de que perderían dinero, tanto en Norteamérica (paquete “Gemstone VII”) como en Alemania, donde el Tribunal Supremo le condenó en 2011. Los ciudadanos alemanes fueron las primeras víctimas de la voracidad de sus bancos.
Alemania, además, es quien promovió las apuestas contra la deuda del sur. El Deutsche Bank fue uno de los artífices de este nuevo Merk-ado de deuda soberana —y de su índice de precios Markit— que disparó los ataques especulativos. Goldman Sachs asesoró a Grecia para ocultar su deuda y así logró entrar en el euro, después, con esta información privilegiada, apostó junto con Deutsche Bank que Grecia se hundiría. Atacar a países del sur fue la fórmula del Gobierno y bancos alemanes para recuperar las pérdidas de sus bancos ludópatas.
Semejante giro depredador contra la propia zona euro lo motivó la filtración del informe confidencial del supervisor financiero alemán, el BaFIN (confirmado por otro de Merrill Lynch), que valoraba en 800.000 millones los activos tóxicos del país en 2009. Dichos datos delatarían que una Alemania especulativa había reemplazado a su reputado capitalismo industrial. En vez de procesar a los responsables, cerraron filas e iniciaron el descrédito del sur para desviar la atención y sojuzgarlos.
Las Bankias alemanas han sido muchas: Hypo Real Estate fue rescatado con más de 100.000 millones de euros y en 2009 fue nacionalizado en un 90%; el Industriebank (IKB), con 10.000 millones de euros; los Landesbank (cajas autonómicas), como el Baden-Württemberg, el West o el Sachsen, recibieron unos 150.000 millones de euros; el Dresdner Bank, segunda entidad del país, quebró y fue absorbido por el Commerzbank, que a su vez recibió un rescate de 100.000 millones y cuyo 25% todavía está en manos del Gobierno de Merkel. El caso del Commerzbank es ilustrativo, pues el año pasado devolvió parte del rescate al Gobierno, 14.000 millones de euros. ¿De dónde sacó tan cuantiosos beneficios, si no es apostando en el casino con información privilegiada proporcionada por el propio Gobierno?
Este es el cambio clave del nuevo capitalismo de casino: los rescates y nacionalizaciones han transformado a los Gobiernos alemán, británico, suizo y norteamericano en cobanqueros que ahora disculpan la prolongación de ataques especulativos porque necesitan que estos bancos tengan beneficios rápidos y puedan devolver el dinero inyectado.
Además de estos rescates, Alemania —que se opone a que el BCE ayude a España— oculta que el Deutsche Bank recibió, solo en 2008, 20.000 millones de la Reserva Federal norteamericana junto con 60.000 millones para Credit Suisse y UBS (Unión de Bancos Suizos) a un tipo de interés regalado del 0,01%.
Se entiende cómo funciona un ataque especulativo tomando el paradigmático caso del imperio mediático alemán, Kirch. En 2001 los directivos de Deutsche Bank (Ackermann y Baumann) difundieron rumores falsos de que el grupo no podría pagar su deuda y que no conseguiría financiación. (¿Les suena de algo?) Provocaron la mayor quiebra contemporánea para apoderarse de él. En 2011 la justicia alemana esclareció el asunto y el presidente Ackermann, íntimo amigo de Merkel, dimitió y propuso una indemnización de 1.000 millones de euros para silenciar el escándalo. Como se ve, antes de Grecia, ya estaban curtidos en especulación contra empresas alemanas.
Idéntico sistema se está utilizando para desacreditar al sur. ¿Cómo se beneficia Alemania de este ataque a España?
1. Genera rumores para disparar el interés que pagará España cuando pida prestado dinero. 2. Impone privatizaciones de empresas rentables (aeropuertos, AVE, lotería…) que, de no resistir el Gobierno, pasarán a manos del norte a precio de ganga. 3. Provoca asfixia crediticia para devaluar las acciones de las multinacionales (Telefónica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural…), con lo cual pueden apoderárselas grupos alemanes. 4. Pero lo más rentable al propagar pánico financiero —que es delito— es la huida de dinero por miedo a un corralito. De España en ocho meses de 2012 han salido 330.000 millones de euros (a los que hay que sumar su equivalente en Grecia e Italia), que van a parar a bancos de Suiza, Luxemburgo, Holanda y Alemania, cifras “sin precedentes”, según Bloomberg. El austericidio reporta grandes beneficios…
Bajo el disfraz de la “(in)dependencia”, Jens Weidmann, presidente del Banco Central alemán, ha contribuido a este pánico cuestionando cada test favorable a España. Sigue la línea de su predecesor, Axel Weber, quien el mismo año en que dejó el Bundesbank (2011) fue “premiado” por hostigar al sur con la presidencia de UBS, uno de los bancos privados del eje alemán que se beneficia de la deportación de miles de millones provenientes del sur.
El escándalo del líbor-euríbor y Barclays es la última prueba de las prácticas fraudulentas y especulativas de este cartel, el cual alteraba el precio al que se presta el dinero e incrementó el coste de las hipotecas de los europeos. Entre los implicados están el Deutsche Bank, Credit Suisse y UBS junto con Lloyds y Royal Bank of Scotland (RBS) —son las Bankias del Gobierno inglés, nacionalizados en un 40% y 80%—.
En cambio, nuestros principales bancos, Santander, BBVA y La Caixa, no están implicados en semejantes prácticas. Tampoco han necesitado rescate y el Santander es el mejor banco del mundo según Euromoney. Son un apetecible botín de guerra.
La Comisión Europea no ha detectado el cartel del líbor, ni el entramado especulativo sobre la deuda griega oculta, ni destapa el club bancario que controla el mercado casino de Londres (denunciado todo por la prensa norteamericana). Tampoco indaga quiénes son los beneficiarios del ataque especulativo que está desahuciando a los Estados del sur. ¿Seguirán la UE y el comisario Almunia haciendo la vista gorda a esta manifiesta vulneración del derecho de la competencia? Lo que sí sabemos es que su antecesor, lord Brittan (diseñador del mercado casino con Thatcher), se colocó como vicepresidente de UBS. Otro vicepresidente de la UE, Solbes, es hoy asesor de Barclays.
El Gobierno alemán, el gran desahuciador, pretende apropiarse del capital del sur hasta las elecciones de 2013. España tiene que resistirse al rescate draconiano y reaccionar para desenmascarar esta política perversa de austeridad con movilizaciones y demandas judiciales. El Tribunal de la UE (caso Sint Servatius, 2009) declaró justificada la restricción a la libre circulación de capitales si “socava el equilibrio financiero de las políticas sociales”. Más aún, si tal especulación socava la soberanía económica y la estabilidad de un país miembro. Presenciamos pasivamente la destrucción del mercado único europeo y la imposición de un mercado único euro-alemán.
Thomas Mann ya nos alertó: en vez de una europeización de Alemania, se está implantando una alemanización económica de Europa.
Autores: Manuel Ballbé, catedrático de Derecho de la UAB, y Yaiza Cabedo, abogada.
Genaro Chic- Mensajes : 729
Fecha de inscripción : 02/02/2010
Re: Los vagos fornicadores del Sur y los virtuosos banqueros del Norte
Copio una respuesta de la página "Opinamos" de la Universidad de Sevilla:
El 12/04/2012 02:51 PM, Guillermo Molleda Jimena escribió:
Dando por cierto la parte de la especulación contra países del sur de Europa, lo que no tengo tan claro es:
Dices El País que "La causa de la crisis, pues, no es ni la burbuja inmobiliaria española, ni el endeudamiento" pero en cambio la especulación se puede hacer contra países endeudados. Añade " —las deudas inglesa y alemana eran superiores—", pero lo importante no es tanto lo que se deba sino la capacidad de pagarlo (recordemos el nivel de paro español, así como sus niveles de crecimiento).
Lo cierto es que de las posibles soluciones a los ataques especulativos contra nuestra deuda, la única que parece estar en nuestra mano sin depender de terceros es su disminución por nuestra parte. Y por tanto, de las causas de nuestro problema financiero, está claro que internamente la tienen los administradores de las Cajas de Ahorros quebradas, y las Administraciones Públicas que con los ingresos extraordinarios debidos a la bonanza económica se dedicaron a crear estructuras permanentes de gasto (agencias y empresas públicas por doquier) en vez de eliminar la Deuda Pública. De haberlo hecho así, ahora podríamos afrontar grandes déficit para paliar la falta de dinamismo del mercado privado y no seríamos atacados por esos especuladores internacionales.
¿Por qué siempre tratamos de buscar culpables fuera en vez de empezar por nuestra propia casa?
Los culpables se llaman PP y PSOE, que para eso han gobernado en la burbuja inmobiliaria, la nuestra.
PD: A ver si van enjuiciando a todos los responsables de los consejos de administración de las Cajas de Ahorros que han asumido riesgos excesivos (por administración desleal), así como a los responsables de urbanismo de ayuntamientos, los de las políticas de suelo de las CC.AA. y los legisladores nacionales (PPOE) por no haber cortado la burbuja inmobiliaria de raíz (limitando las hipotecas a 20 años máximo) (por incumplir el art. 47 de la Constitución Española).
El 12/04/2012 02:51 PM, Guillermo Molleda Jimena escribió:
Dando por cierto la parte de la especulación contra países del sur de Europa, lo que no tengo tan claro es:
Dices El País que "La causa de la crisis, pues, no es ni la burbuja inmobiliaria española, ni el endeudamiento" pero en cambio la especulación se puede hacer contra países endeudados. Añade " —las deudas inglesa y alemana eran superiores—", pero lo importante no es tanto lo que se deba sino la capacidad de pagarlo (recordemos el nivel de paro español, así como sus niveles de crecimiento).
Lo cierto es que de las posibles soluciones a los ataques especulativos contra nuestra deuda, la única que parece estar en nuestra mano sin depender de terceros es su disminución por nuestra parte. Y por tanto, de las causas de nuestro problema financiero, está claro que internamente la tienen los administradores de las Cajas de Ahorros quebradas, y las Administraciones Públicas que con los ingresos extraordinarios debidos a la bonanza económica se dedicaron a crear estructuras permanentes de gasto (agencias y empresas públicas por doquier) en vez de eliminar la Deuda Pública. De haberlo hecho así, ahora podríamos afrontar grandes déficit para paliar la falta de dinamismo del mercado privado y no seríamos atacados por esos especuladores internacionales.
¿Por qué siempre tratamos de buscar culpables fuera en vez de empezar por nuestra propia casa?
Los culpables se llaman PP y PSOE, que para eso han gobernado en la burbuja inmobiliaria, la nuestra.
PD: A ver si van enjuiciando a todos los responsables de los consejos de administración de las Cajas de Ahorros que han asumido riesgos excesivos (por administración desleal), así como a los responsables de urbanismo de ayuntamientos, los de las políticas de suelo de las CC.AA. y los legisladores nacionales (PPOE) por no haber cortado la burbuja inmobiliaria de raíz (limitando las hipotecas a 20 años máximo) (por incumplir el art. 47 de la Constitución Española).
Genaro Chic- Mensajes : 729
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Lo que el sistema financiero alemán esconde
Publica hoy el diario ABC un artículo que estimo que es de interés para conocer la hipocresía con la que se mueve el mundo político en relación con las finanzas propias y ajenas:
El problema pasó de rumor a certeza cuando Alemania solo permitió que la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) examinara a doce de sus casi 2.000 entidades en unas pruebas de estrés que debían acabar (aquella vez sí) con los fantasmas que atormentaban al sector financiero de Europa. Berlín solo presentó a sus bancos que podían aprobar e incluso una de ellos, el estatal Helaba, se retiró del examen un día antes de que se publicaran los resultados. Al final apenas se inspeccionó al 50% del sistema financiero alemán. Es precisamente en el 50% restante donde se encuentra la explicación a buena parte de los movimientos políticos de Angela Merkel, que ha sabido defender a su sistema financiero y esconder sus vergüenzas como nadie en la plaza europea.
En Bruselas nunca han gustado las cajas de ahorros y tras su extinción en Italia, y prácticamente también en España, la nueva dama de hierro ha conseguido convertir a Alemania en su último baluarte pese a que no han sido ajenas a los problemas. Según datos de la Comisión Europea, desde que comenzó la crisis financiera Alemania ha concedido ayudas vía capital y avales por valor de 252.000 millones. A excepción del Commerzbank, que en noviembre de 2008 tuvo que acudir al fondo de rescate bancario nacional y solicitar una inyección de más de 16.000 millones para purgar sus excesos con las hipotecas «subprime», los problemas bancarios germanos se encuentran en los balances de sus cajas (las Sparkassen) y sus bancos estatales (los Landesbanken).
400 cajas de ahorros
El primero en recibir ayuda del fondo fue el banco hipotecario Hypo Real Estate, que acabó siendo nacionalizado tras recibir 15.000 millones de euros. A él le seguirían los bancos estatales Bayern LB y el HSH Nordbank, que solicitaron garantías por valor de 5.000 y 17.000 millones respectivamente. La tupida trama de la banca pública alemana es difícil de desenmarañar. Más de 400 cajas de ahorros, 7 bancos estatales de los «länder», creados para ser los bancos centrales de las cajas, 1.200 de los llamados bancos populares (Volksbanken) y cooperativas (Genossenschaftsbanken).
Tanto las cajas como los bancos estatales tienen limitado el ámbito de actuación a su territorio de origen, algo que precisamente ahora ha impuesto Bruselas a las cajas españolas nacionalizadas. Una medida de precaución que fue burlada al calor de la bonanza económica y el dinero barato. Los «Landesbanken», originariamente bancos centrales de estas cajas regionales, se embarcaron en arriesgadas operaciones internacionales y de banca de inversión que ahora han dejado una elevada factura. Según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés), la banca alemana mantiene en sus balances unos 18.000 millones de euros de deuda pública griega. Pero las entidades que fueron examinadas por la EBA en los últimos test de estrés contabilizaban poco más de 7.000.
El acuerdo de la Unión Europea para crear un supervisor bancario común dentro de la estructura del BCE supone el primer paso para la ansiada unión bancaria -que permitiría a países como España la recapitalización directa de sus bancos con problemas- pero, ante todo, supone un nuevo triunfo para Merkel, que deja fuera de la vigilancia común a sus cajas.
Los problemas de Alemania quedarán en Alemania. Así ha ocurrido, de hecho, hasta el momento. El Sachsen LB fue absorbido por el Landesbank Baden-Württemberg (LBBW), el WestLB fue disuelto, el BayernLB necesitó una trasfusión de 10.000 millones, un esquema de protección de activos de 4.800 millones y garantías de liquidez, y el HSH Nordbank, tuvo que recibir una inyección de más de 3.000 millones.
La última llamada de atención llegó a Berlín desde Washington. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe anual sobre estabilidad financiera, insistía en que ya en 2011 advirtió al Gobierno de Angela Merkel de la necesidad de que los bancos regionales se liberasen de sus «limitaciones territoriales» y redujesen «las influencias no comerciales» que constriñen su gestión.
http://www.abcdesevilla.es/economia/20121214/abci-alemania-banca-problemas-201212132239.html
El problema pasó de rumor a certeza cuando Alemania solo permitió que la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) examinara a doce de sus casi 2.000 entidades en unas pruebas de estrés que debían acabar (aquella vez sí) con los fantasmas que atormentaban al sector financiero de Europa. Berlín solo presentó a sus bancos que podían aprobar e incluso una de ellos, el estatal Helaba, se retiró del examen un día antes de que se publicaran los resultados. Al final apenas se inspeccionó al 50% del sistema financiero alemán. Es precisamente en el 50% restante donde se encuentra la explicación a buena parte de los movimientos políticos de Angela Merkel, que ha sabido defender a su sistema financiero y esconder sus vergüenzas como nadie en la plaza europea.
En Bruselas nunca han gustado las cajas de ahorros y tras su extinción en Italia, y prácticamente también en España, la nueva dama de hierro ha conseguido convertir a Alemania en su último baluarte pese a que no han sido ajenas a los problemas. Según datos de la Comisión Europea, desde que comenzó la crisis financiera Alemania ha concedido ayudas vía capital y avales por valor de 252.000 millones. A excepción del Commerzbank, que en noviembre de 2008 tuvo que acudir al fondo de rescate bancario nacional y solicitar una inyección de más de 16.000 millones para purgar sus excesos con las hipotecas «subprime», los problemas bancarios germanos se encuentran en los balances de sus cajas (las Sparkassen) y sus bancos estatales (los Landesbanken).
400 cajas de ahorros
El primero en recibir ayuda del fondo fue el banco hipotecario Hypo Real Estate, que acabó siendo nacionalizado tras recibir 15.000 millones de euros. A él le seguirían los bancos estatales Bayern LB y el HSH Nordbank, que solicitaron garantías por valor de 5.000 y 17.000 millones respectivamente. La tupida trama de la banca pública alemana es difícil de desenmarañar. Más de 400 cajas de ahorros, 7 bancos estatales de los «länder», creados para ser los bancos centrales de las cajas, 1.200 de los llamados bancos populares (Volksbanken) y cooperativas (Genossenschaftsbanken).
Tanto las cajas como los bancos estatales tienen limitado el ámbito de actuación a su territorio de origen, algo que precisamente ahora ha impuesto Bruselas a las cajas españolas nacionalizadas. Una medida de precaución que fue burlada al calor de la bonanza económica y el dinero barato. Los «Landesbanken», originariamente bancos centrales de estas cajas regionales, se embarcaron en arriesgadas operaciones internacionales y de banca de inversión que ahora han dejado una elevada factura. Según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés), la banca alemana mantiene en sus balances unos 18.000 millones de euros de deuda pública griega. Pero las entidades que fueron examinadas por la EBA en los últimos test de estrés contabilizaban poco más de 7.000.
El acuerdo de la Unión Europea para crear un supervisor bancario común dentro de la estructura del BCE supone el primer paso para la ansiada unión bancaria -que permitiría a países como España la recapitalización directa de sus bancos con problemas- pero, ante todo, supone un nuevo triunfo para Merkel, que deja fuera de la vigilancia común a sus cajas.
Los problemas de Alemania quedarán en Alemania. Así ha ocurrido, de hecho, hasta el momento. El Sachsen LB fue absorbido por el Landesbank Baden-Württemberg (LBBW), el WestLB fue disuelto, el BayernLB necesitó una trasfusión de 10.000 millones, un esquema de protección de activos de 4.800 millones y garantías de liquidez, y el HSH Nordbank, tuvo que recibir una inyección de más de 3.000 millones.
La última llamada de atención llegó a Berlín desde Washington. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe anual sobre estabilidad financiera, insistía en que ya en 2011 advirtió al Gobierno de Angela Merkel de la necesidad de que los bancos regionales se liberasen de sus «limitaciones territoriales» y redujesen «las influencias no comerciales» que constriñen su gestión.
http://www.abcdesevilla.es/economia/20121214/abci-alemania-banca-problemas-201212132239.html
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El presidente del Eurogrupo propone un salario mínimo común de ámbito europeo
El todavía presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, ha defendido hoy ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo la creación de “un salario social mínimo europeo” para evitar que sean los más desfavorecidos quienes soporten las consecuencias de la crisis económica y se ha mostrado partidario, en contra del pensamiento generalizado en el Eurogrupo, de establecer recompensas para los países que apliquen los ajustes exigidos. “No hay que creer que es justo y bueno una política de rigor y austeridad que exija los más grandes esfuerzos a los más débiles de Europa. Quiero que Europa haga soportar las consecuencias de la crisis a los más fuertes. Esa es la solidaridad”, aseguraba. Juncker ha pedido esfuerzos para que la UE no pierda su dimensión social.
En su despedida del Parlamento Europeo -abandonará el cargo del presidente del Eurogrupo el próximo 21 de enero- Juncker se ha mostrado decepcionado con la actitud de sus colegas y ha atacado directamente a Berlín y a las capitales que defienden rigor y austeridad a la hora de aplicar ajustes. “Tengo muchas dudas sobre el ritmo de ajuste aplicado a algunos países de la zona euro. Hemos subestimado, no ustedes sino algunos gobiernos, la enorme tragedia del paro que finalmente nos aplasta”, advertía en relación a la tasa superior al 11% que tiene la Eurozona. Al hilo de esto, el dirigente luxemburgués se ha mostrado partidario de establecer recompensas para todos los países que realicen los ajustes exigidos y ha criticado a quienes dividen a Europa en dos porque ni los países del norte son tan virtuosos como parece ni los del sur son menos que los del norte.
Juncker también ha dicho ser partidario de aplicar “cierta retroactividad” en la recapitalización bancaria y ha asegurado que arrancan el año 2013 en mejor situación que la de hace un año aunque los retos a los que se enfrentan son serios y exigirán un “gran coraje político” a los dirigentes europeos. El luxemburgués abandonará el cargo que ha ocupado durante los últimos ocho años. Como sustituto, a quien solo ha recomendado que escuche y mantenga la integridad de la Eurozona, suena el nombre del ministro de finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/juncker-propone-salario-minimo-comun-europeo-2290773?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=elPeriodico-ed07h
En su despedida del Parlamento Europeo -abandonará el cargo del presidente del Eurogrupo el próximo 21 de enero- Juncker se ha mostrado decepcionado con la actitud de sus colegas y ha atacado directamente a Berlín y a las capitales que defienden rigor y austeridad a la hora de aplicar ajustes. “Tengo muchas dudas sobre el ritmo de ajuste aplicado a algunos países de la zona euro. Hemos subestimado, no ustedes sino algunos gobiernos, la enorme tragedia del paro que finalmente nos aplasta”, advertía en relación a la tasa superior al 11% que tiene la Eurozona. Al hilo de esto, el dirigente luxemburgués se ha mostrado partidario de establecer recompensas para todos los países que realicen los ajustes exigidos y ha criticado a quienes dividen a Europa en dos porque ni los países del norte son tan virtuosos como parece ni los del sur son menos que los del norte.
Juncker también ha dicho ser partidario de aplicar “cierta retroactividad” en la recapitalización bancaria y ha asegurado que arrancan el año 2013 en mejor situación que la de hace un año aunque los retos a los que se enfrentan son serios y exigirán un “gran coraje político” a los dirigentes europeos. El luxemburgués abandonará el cargo que ha ocupado durante los últimos ocho años. Como sustituto, a quien solo ha recomendado que escuche y mantenga la integridad de la Eurozona, suena el nombre del ministro de finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/juncker-propone-salario-minimo-comun-europeo-2290773?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=elPeriodico-ed07h
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Los españoles 1/3 más ricos que los alemanes
Los españoles 1/3 más ricos que los alemanes
“Resultado desconcertante”. Con estas palabras definía ayer Der Spiegel los resultados de un estudio realizado por el Bundesbank entre septiembre del 2010 y julio del 2011, y que “curiosamente” se acaba de hacer público ahora. Según dicho estudio, los hogares alemanes poseen por término medio bastante menos patrimonio que aquellos en España e Italia. La razón: menos de la mitad de los alemanes son propietarios de su casa. También se hacen eco de la noticia el Frankfurter Allgemeine, que titula el artículo con un elocuente “Los españoles, 1/3 más ricos que los alemanes” y el Süddeutsche Zeitung, algo más moderado, que titula “Así de ricos y pobres son los alemanes”.
EL SZ comenta que es la primera vez que los hogares alemanes son preguntados por su patrimonio y sus deudas, y aclara que el estudio no se basa únicamente en puros datos patrimoniales, sino que también entran en juego los seguros de pensiones, los ingresos, la actividad de ahorro y datos sobre la actividad laboral, consumo y posibilidad de quedarse en el paro. El resultado: a finales del 2010 la riqueza del hogar medio alemán se estimaba en 222.200 euros brutos, es decir, 195.200 euros sin deudas. Pero esto es sólo el promedio, es decir, la suma de todos los activos divididos por el número de hogares. Y este número tiene una importancia limitada, ya que “cuando de 2 personas 1 se come un pollo entero y la otra nada, ambas se comen de promedio medio pollo cada una”. Es por ello que los estadísticos, siempre según el SZ, prefieren la mediana porque no se ve tan afectada por valores extremos (si se ordenan todos los datos, de menor a mayor, la mediana es el valor que ocupa la posición central).
Pues bien, el Bundesbank hizo sus cálculos a partir de la mediana, y los resultados son los siguientes: el patrimonio medio de los hogares alemanes se sitúa en los 51.400 euros netos, mientras en Italia alcanza los 163.900 y en España los 178.300. Para el diario bávaro, que este dato se encuentre tan por debajo de los valores medios demuestra que relativamente pocos hogares en Alemania tienen acceso a una gran fortuna. De hecho, se demuestra que casi ¾ de los hogares alemanes tiene una capacidad inferior a la capacidad media europea.
El objetivo del estudio era, según el Bundesbank, mejorar aún más la base de decisión de los bancos centrales en el sistema del euro. Los resultados del estudio podrían mejorar nuestra comprensión de los comportamientos de consumo y ahorro o la distribución de la riqueza y el endeudamiento de las familias. Esto permite, entre otras cosas, una mejor evaluación de los efectos de la política monetaria o de la estabilidad del sistema financiero.
Nunca se me dio bien ni la estadística ni los números, así que dejaré ese tema para personas con más masa cerebral. Lo que a mí me interesa y me preocupa es el cómo y el cuándo ha sido hecho público este estudio. Y es que hoy mismo en las páginas del propio Spiegel podemos leer que el 59% de los alemanes creen que Merkel está gestionando bien el asunto de la crisis financiera, mientras que el siempre histriónico Das Bild no ha entrado aún, por suerte, al trapo, pero publica unas estimaciones de voto para las elecciones de septiembre que nos vienen como anillo al dedo: la CSU de Merkel obtendría el 40%, el SPD el 27%, los Verdes el 15% y Die Linke el 7%. Entraría también en el Bundestag el FDP por los pelos (en Alemania hay que obtener el 5% de los votos) y se quedarían fuera otros partidos, entre ellos los Piratas.
Así pues, “desconcertante” o no, no se puede negar que el estudio llega en el momento que se le esperaba. Alemania se enfrenta a unas elecciones después de este verano, que promete ser calentito, y el sentimiento anti-alemán se extiende por Europa como una plaga. Y como se suele decir, para muestra un botón: “¿Por qué desconcertante? Todos sabemos que los países del sur llevan años viviendo a costa de los alemanes….”, se pregunta un lector del supuestamente progresista Spiegel. Después de meses de desinformación, información sesgada, selectiva y/o partidista, se da por inaugurado el periodo de intoxicación de la opinión pública alemana.
Hace un par de días yo misma comentaba, a raíz de un artículo que hablaba sobre la aparición de un nuevo partido euroescéptico en Alemania, que “el sentimiento anti-alemán que se está gestando en toda Europa no debería caer en la retórica nacionalista, porque podría tener una clara consecuencia y me temo que no sería la deseada: Alemania no va a ejercer la autocrítica, más bien sacará los dientes de nuevo”. También expresaba mi temor ante la aparición de algún partido que acabara arrastrando las masas a las urnas desde el victimismo del “todos nos odian” o la prepotencia del “todos nos envidian”, que para el caso es lo mismo… Wir werden sehen, wie es weitergeht, o lo que es lo mismo, ya veremos cómo continua…
PD: bien mirado, también se me podría acusar a mí de querer intoxicar a la opinión pública española, pero seamos serios, mi capacidad de influencia nada tiene que ver con la de los medios que aquí se citan.
http://iniciativadebate.org/2013/03/22/los-espanoles-13-mas-ricos-que-los-alemanes/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+IniciativaDebate+%28Iniciativa+Debate+P%C3%BAblico%29
“Resultado desconcertante”. Con estas palabras definía ayer Der Spiegel los resultados de un estudio realizado por el Bundesbank entre septiembre del 2010 y julio del 2011, y que “curiosamente” se acaba de hacer público ahora. Según dicho estudio, los hogares alemanes poseen por término medio bastante menos patrimonio que aquellos en España e Italia. La razón: menos de la mitad de los alemanes son propietarios de su casa. También se hacen eco de la noticia el Frankfurter Allgemeine, que titula el artículo con un elocuente “Los españoles, 1/3 más ricos que los alemanes” y el Süddeutsche Zeitung, algo más moderado, que titula “Así de ricos y pobres son los alemanes”.
EL SZ comenta que es la primera vez que los hogares alemanes son preguntados por su patrimonio y sus deudas, y aclara que el estudio no se basa únicamente en puros datos patrimoniales, sino que también entran en juego los seguros de pensiones, los ingresos, la actividad de ahorro y datos sobre la actividad laboral, consumo y posibilidad de quedarse en el paro. El resultado: a finales del 2010 la riqueza del hogar medio alemán se estimaba en 222.200 euros brutos, es decir, 195.200 euros sin deudas. Pero esto es sólo el promedio, es decir, la suma de todos los activos divididos por el número de hogares. Y este número tiene una importancia limitada, ya que “cuando de 2 personas 1 se come un pollo entero y la otra nada, ambas se comen de promedio medio pollo cada una”. Es por ello que los estadísticos, siempre según el SZ, prefieren la mediana porque no se ve tan afectada por valores extremos (si se ordenan todos los datos, de menor a mayor, la mediana es el valor que ocupa la posición central).
Pues bien, el Bundesbank hizo sus cálculos a partir de la mediana, y los resultados son los siguientes: el patrimonio medio de los hogares alemanes se sitúa en los 51.400 euros netos, mientras en Italia alcanza los 163.900 y en España los 178.300. Para el diario bávaro, que este dato se encuentre tan por debajo de los valores medios demuestra que relativamente pocos hogares en Alemania tienen acceso a una gran fortuna. De hecho, se demuestra que casi ¾ de los hogares alemanes tiene una capacidad inferior a la capacidad media europea.
El objetivo del estudio era, según el Bundesbank, mejorar aún más la base de decisión de los bancos centrales en el sistema del euro. Los resultados del estudio podrían mejorar nuestra comprensión de los comportamientos de consumo y ahorro o la distribución de la riqueza y el endeudamiento de las familias. Esto permite, entre otras cosas, una mejor evaluación de los efectos de la política monetaria o de la estabilidad del sistema financiero.
Nunca se me dio bien ni la estadística ni los números, así que dejaré ese tema para personas con más masa cerebral. Lo que a mí me interesa y me preocupa es el cómo y el cuándo ha sido hecho público este estudio. Y es que hoy mismo en las páginas del propio Spiegel podemos leer que el 59% de los alemanes creen que Merkel está gestionando bien el asunto de la crisis financiera, mientras que el siempre histriónico Das Bild no ha entrado aún, por suerte, al trapo, pero publica unas estimaciones de voto para las elecciones de septiembre que nos vienen como anillo al dedo: la CSU de Merkel obtendría el 40%, el SPD el 27%, los Verdes el 15% y Die Linke el 7%. Entraría también en el Bundestag el FDP por los pelos (en Alemania hay que obtener el 5% de los votos) y se quedarían fuera otros partidos, entre ellos los Piratas.
Así pues, “desconcertante” o no, no se puede negar que el estudio llega en el momento que se le esperaba. Alemania se enfrenta a unas elecciones después de este verano, que promete ser calentito, y el sentimiento anti-alemán se extiende por Europa como una plaga. Y como se suele decir, para muestra un botón: “¿Por qué desconcertante? Todos sabemos que los países del sur llevan años viviendo a costa de los alemanes….”, se pregunta un lector del supuestamente progresista Spiegel. Después de meses de desinformación, información sesgada, selectiva y/o partidista, se da por inaugurado el periodo de intoxicación de la opinión pública alemana.
Hace un par de días yo misma comentaba, a raíz de un artículo que hablaba sobre la aparición de un nuevo partido euroescéptico en Alemania, que “el sentimiento anti-alemán que se está gestando en toda Europa no debería caer en la retórica nacionalista, porque podría tener una clara consecuencia y me temo que no sería la deseada: Alemania no va a ejercer la autocrítica, más bien sacará los dientes de nuevo”. También expresaba mi temor ante la aparición de algún partido que acabara arrastrando las masas a las urnas desde el victimismo del “todos nos odian” o la prepotencia del “todos nos envidian”, que para el caso es lo mismo… Wir werden sehen, wie es weitergeht, o lo que es lo mismo, ya veremos cómo continua…
PD: bien mirado, también se me podría acusar a mí de querer intoxicar a la opinión pública española, pero seamos serios, mi capacidad de influencia nada tiene que ver con la de los medios que aquí se citan.
http://iniciativadebate.org/2013/03/22/los-espanoles-13-mas-ricos-que-los-alemanes/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+IniciativaDebate+%28Iniciativa+Debate+P%C3%BAblico%29
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El agujero de Deutsche Bank es cuatro veces el de Bankia
Egan-Jones: El agujero de Deutsche Bank es cuatro veces el de Bankia
Egan-Jones, una de las nueve agencias de rating reconocidas por la Comisión del Mercado de Valores (SEC) estadounidense, ha rebajado la calificación de Alemania alegando que su sistema bancario, y en particular el Deutsche Bank, arrastra un agujero de cientos de miles de millones de euros.
Jueves, 18 de Abril de 2013 - 15:05 h.
Según la nota de los analistas que explicaba la rebaja desde A+ hasta A (con perspectiva negativa), el problema se encuentra en los bancos alemanes. Empezando por el más grande: Deutsche Bank. La entidad habría ajustado en un 2% el llamado "shareholder equity to asset", que es la porción de patrimonio que le tocaría recibir al accionista en caso de liquidación de la compañía, y por lo tanto podría necesitar "hasta 100.000 millones de euros en ayudas" para cumplir sus compromisos. La cifra multiplicaría por cuatro las ayudas que ha recibido Bankia, que rondan los 23.000 millones de euros.
Además, los bancos alemanes –incluidas las cajas de ahorro conocidas como landesbanken- habrían recibido un total de 700.000 millones de euros desde la línea de crédito del Banco Central Europeo (BCE) más conocida como Target 2; eso descontando la exposición que muchos de ellos tienen a las economías más perjudicadas de la zona del euro, como la griega, la italiana o la española.
Egan-Jones es una agencia que presume de financiarse tan sólo con el dinero de sus inversores privados, no cobrando así por informe, y garantizando de este modo su independencia. Fundada en 1995 por el ex banquero Sean Egan. Es, además, una de las nueve calificadoras registradas en la SEC y, de hecho, a principios de este año tuvo un conflicto con esta institución, que quiso prohibir temporalmente a Egan-Jones emitir notas sobre cualquier rating soberano por haber caído en un conflicto de intereses.
Tanto Moodys, así como Standard & Poors y Fitch Ratings, las tres grandes agencias de calificación mundiales, mantienen la máxima calificación crediticia de Alemania (triple A). También mantenían la máxima calificación crediticia de Lehman Brothers el lunes 15 de septiembre del año 2008, momento en el que esta entidad, el cuarto banco de inversión más grande del mundo, anunció su quiebra y se desplomó, causando el inicio de la crisis financiera internacional.
http://www.invertia.com/noticias/egan-jones-agujero-deutsche-bank-bankia-2844864.htm
Egan-Jones, una de las nueve agencias de rating reconocidas por la Comisión del Mercado de Valores (SEC) estadounidense, ha rebajado la calificación de Alemania alegando que su sistema bancario, y en particular el Deutsche Bank, arrastra un agujero de cientos de miles de millones de euros.
Jueves, 18 de Abril de 2013 - 15:05 h.
Según la nota de los analistas que explicaba la rebaja desde A+ hasta A (con perspectiva negativa), el problema se encuentra en los bancos alemanes. Empezando por el más grande: Deutsche Bank. La entidad habría ajustado en un 2% el llamado "shareholder equity to asset", que es la porción de patrimonio que le tocaría recibir al accionista en caso de liquidación de la compañía, y por lo tanto podría necesitar "hasta 100.000 millones de euros en ayudas" para cumplir sus compromisos. La cifra multiplicaría por cuatro las ayudas que ha recibido Bankia, que rondan los 23.000 millones de euros.
Además, los bancos alemanes –incluidas las cajas de ahorro conocidas como landesbanken- habrían recibido un total de 700.000 millones de euros desde la línea de crédito del Banco Central Europeo (BCE) más conocida como Target 2; eso descontando la exposición que muchos de ellos tienen a las economías más perjudicadas de la zona del euro, como la griega, la italiana o la española.
Egan-Jones es una agencia que presume de financiarse tan sólo con el dinero de sus inversores privados, no cobrando así por informe, y garantizando de este modo su independencia. Fundada en 1995 por el ex banquero Sean Egan. Es, además, una de las nueve calificadoras registradas en la SEC y, de hecho, a principios de este año tuvo un conflicto con esta institución, que quiso prohibir temporalmente a Egan-Jones emitir notas sobre cualquier rating soberano por haber caído en un conflicto de intereses.
Tanto Moodys, así como Standard & Poors y Fitch Ratings, las tres grandes agencias de calificación mundiales, mantienen la máxima calificación crediticia de Alemania (triple A). También mantenían la máxima calificación crediticia de Lehman Brothers el lunes 15 de septiembre del año 2008, momento en el que esta entidad, el cuarto banco de inversión más grande del mundo, anunció su quiebra y se desplomó, causando el inicio de la crisis financiera internacional.
http://www.invertia.com/noticias/egan-jones-agujero-deutsche-bank-bankia-2844864.htm
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La explotación laboral que favorece la fortaleza de los dominantes
[Esclavos rumanos y búlgaros en Alemania
Carmela Negrete
eldiario.es
Un equipo de TV destapa un nuevo escándalo de explotación laboral. Cientos de trabajadores son empleados en condiciones de esclavitud. Viven en el campo hacinados en casetas rodeadas de alambre de espino
“Esclavos asalariados en Alemania” es el título del documental que emitió el lunes la televisión pública alemana, Das Erste. En dicho reportaje muestran las condiciones laborales y de habitabilidad de cientos de trabajadores provenientes de Europa del este, sobre todo de Rumanía y de Bulgaria, en varios mataderos alemanes.
En eldiario.es exponíamos hace unos meses cómo a un grupo de enfermeros españoles les ofrecieron trabajar en la industria cárnica con condiciones similares a las descritas en el reportaje. Por suerte, no se vieron obligados a aceptar el empleo. Aunque a Aurora y a los otros enfermeros les ofrecieron vivir en un piso patera, lo más trágico de la historia que relata el reportaje no es la existencia de dichos alojamientos masificados en casas particulares.
El reportero se acerca a uno de los centros de albergue para trabajadores de la empresa Wiesenhof, una de las mayores productoras de carnes de Alemania, en la región de Bremen. Allí comprueba que, además de encontrarse en medio del campo y sin transporte de línea, las casetas en las que se alojan cientos de trabajadores se encuentran vigiladas y rodeadas por alambre de espino. El periodista trata de entrar en las instalaciones y el servicio de seguridad se lo impide. “Vengo a visitar a un conocido, ¿porqué no puedo entrar, no son personas libres las que ahí viven, no pagan un alquiler?” “Porque el propietario no quiere”, obtiene por toda respuesta.
“Nos levantaban a las dos de la mañana, trabajábamos hasta las cinco y nos mandaban otra vez a dormir. A lo mejor a las siete nos necesitaban otra vez y nos volvían a despertar”, asegura a la cámara un trabajador rumano que no quiere ser reconocido. Los empleados no podían abandonar el recinto sin que el superior lo supiera, además de tener que dar explicaciones constantemente sobre las ausencias y las actividades que llevaban a cabo en su tiempo libre.
“Nos tenían controlados todo el tiempo, incluso entraban en los cuartos a ver si estábamos durmiendo”, explica otra trabajadora que tiene miedo de mostrar su cara. Ella se atrevió a denunciarlo y su superior le soltó: “¿No tienes miedo de ir a un abogado y explicarle lo que os pasa? Te lo digo porque cuando salgas a la calle te puede atropellar un coche... O alguien puede que te apalee en medio de la noche y entierre tu cuerpo en la tierra, a varios metros de distancia de tu cabeza”.
Los cuartos llenos de camas, los trabajadores sin intimidad alguna. Al parecer existía un control interno que debería garantizar que cada trabajador duerme en un cuarto o como mucho en cuartos de dos camas. “¿Avisan de cuándo van a realizar el control?”, pregunta el periodista a la empresa que se encarga de certificarlo. “Sí”, responden, “por razones de privacidad”. Así que, según, los trabajadores, cuando venía el control les obligaban a esconder las camas en el sótano y cuando se iban, las volvían a sacar.
De 600 a 700 euros ganaban al mes por un trabajo a jornada completa que, en ocasiones, realizaban en medio de la noche o los fines de semana. Todo ello gracias a la legislación europea que permite contratar en origen. De hecho, estos trabajadores disponían de un contrato con una empresa de trabajo temporal búlgara o rumana, que les prometió un salario de unos mil doscientos euros mensuales. Los que tenían contrato. Otros seguían esperándolo después de meses y meses viviendo en dichas condiciones.
En los últimos años, las empresas que aparecen en el reportaje han despedido a numerosos trabajadores locales y han contratado en origen a través de agencias a personas procedentes de Rumanía y Bulgaria. En el documental van más allá y aseguran que estas compañías que realizan la selección están conectadas con las cárnicas alemanas donde los empleados trabajan. La fiscalía alemana está investigando el caso después de llevar a cabo registros a lo largo y ancho del país, aunque como publica incluso el conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, "se sabía desde hace años que esto ocurría".
Este no es el único escándalo que se conoce en las últimas semanas. Otro reportaje causaba indignación hace menos de un mes. El programa de investigación Monitor, también de la televisión pública, exponía las miserables condiciones laborales que sufren miles de cuidadoras, principalmente polacas, que cuidan a personas dependientes las veinticuatro horas en Alemania. Y en febrero saltaba a la luz otro caso de explotación laboral masiva, esta vez en la empresa Amazon, en el que varios cientos de españoles se encontraron inmersos.
Fuente: http://www.eldiario.es/internacional/Esclavos-rumanos-bulgaros-Alemania_0_146985865.html[/color]
Carmela Negrete
eldiario.es
Un equipo de TV destapa un nuevo escándalo de explotación laboral. Cientos de trabajadores son empleados en condiciones de esclavitud. Viven en el campo hacinados en casetas rodeadas de alambre de espino
“Esclavos asalariados en Alemania” es el título del documental que emitió el lunes la televisión pública alemana, Das Erste. En dicho reportaje muestran las condiciones laborales y de habitabilidad de cientos de trabajadores provenientes de Europa del este, sobre todo de Rumanía y de Bulgaria, en varios mataderos alemanes.
En eldiario.es exponíamos hace unos meses cómo a un grupo de enfermeros españoles les ofrecieron trabajar en la industria cárnica con condiciones similares a las descritas en el reportaje. Por suerte, no se vieron obligados a aceptar el empleo. Aunque a Aurora y a los otros enfermeros les ofrecieron vivir en un piso patera, lo más trágico de la historia que relata el reportaje no es la existencia de dichos alojamientos masificados en casas particulares.
El reportero se acerca a uno de los centros de albergue para trabajadores de la empresa Wiesenhof, una de las mayores productoras de carnes de Alemania, en la región de Bremen. Allí comprueba que, además de encontrarse en medio del campo y sin transporte de línea, las casetas en las que se alojan cientos de trabajadores se encuentran vigiladas y rodeadas por alambre de espino. El periodista trata de entrar en las instalaciones y el servicio de seguridad se lo impide. “Vengo a visitar a un conocido, ¿porqué no puedo entrar, no son personas libres las que ahí viven, no pagan un alquiler?” “Porque el propietario no quiere”, obtiene por toda respuesta.
“Nos levantaban a las dos de la mañana, trabajábamos hasta las cinco y nos mandaban otra vez a dormir. A lo mejor a las siete nos necesitaban otra vez y nos volvían a despertar”, asegura a la cámara un trabajador rumano que no quiere ser reconocido. Los empleados no podían abandonar el recinto sin que el superior lo supiera, además de tener que dar explicaciones constantemente sobre las ausencias y las actividades que llevaban a cabo en su tiempo libre.
“Nos tenían controlados todo el tiempo, incluso entraban en los cuartos a ver si estábamos durmiendo”, explica otra trabajadora que tiene miedo de mostrar su cara. Ella se atrevió a denunciarlo y su superior le soltó: “¿No tienes miedo de ir a un abogado y explicarle lo que os pasa? Te lo digo porque cuando salgas a la calle te puede atropellar un coche... O alguien puede que te apalee en medio de la noche y entierre tu cuerpo en la tierra, a varios metros de distancia de tu cabeza”.
Los cuartos llenos de camas, los trabajadores sin intimidad alguna. Al parecer existía un control interno que debería garantizar que cada trabajador duerme en un cuarto o como mucho en cuartos de dos camas. “¿Avisan de cuándo van a realizar el control?”, pregunta el periodista a la empresa que se encarga de certificarlo. “Sí”, responden, “por razones de privacidad”. Así que, según, los trabajadores, cuando venía el control les obligaban a esconder las camas en el sótano y cuando se iban, las volvían a sacar.
De 600 a 700 euros ganaban al mes por un trabajo a jornada completa que, en ocasiones, realizaban en medio de la noche o los fines de semana. Todo ello gracias a la legislación europea que permite contratar en origen. De hecho, estos trabajadores disponían de un contrato con una empresa de trabajo temporal búlgara o rumana, que les prometió un salario de unos mil doscientos euros mensuales. Los que tenían contrato. Otros seguían esperándolo después de meses y meses viviendo en dichas condiciones.
En los últimos años, las empresas que aparecen en el reportaje han despedido a numerosos trabajadores locales y han contratado en origen a través de agencias a personas procedentes de Rumanía y Bulgaria. En el documental van más allá y aseguran que estas compañías que realizan la selección están conectadas con las cárnicas alemanas donde los empleados trabajan. La fiscalía alemana está investigando el caso después de llevar a cabo registros a lo largo y ancho del país, aunque como publica incluso el conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, "se sabía desde hace años que esto ocurría".
Este no es el único escándalo que se conoce en las últimas semanas. Otro reportaje causaba indignación hace menos de un mes. El programa de investigación Monitor, también de la televisión pública, exponía las miserables condiciones laborales que sufren miles de cuidadoras, principalmente polacas, que cuidan a personas dependientes las veinticuatro horas en Alemania. Y en febrero saltaba a la luz otro caso de explotación laboral masiva, esta vez en la empresa Amazon, en el que varios cientos de españoles se encontraron inmersos.
Fuente: http://www.eldiario.es/internacional/Esclavos-rumanos-bulgaros-Alemania_0_146985865.html[/color]
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