El "milagro griego": el carácter individualizador de la escritura
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El "milagro griego": el carácter individualizador de la escritura
Quizás uno de los hechos más importantes del período arcaico griego (ss. X-VI a.C.) sea la recuperación de la escritura, que se produce gracias a las crecientes relaciones entre comerciantes griegos y fenicios, que tendrá una gran trascendencia psicológica en el mundo griego y que se patentizará en el tránsito de la oratoria a la literatura.
A diferencia de lo que ocurre en otras sociedades, donde está ligada a los templos y tiene carácter público, la escritura en Grecia no es ahora un monopolio exclusivo de las clases dirigentes, sino que penetra desde abajo, llegando así prácticamente a todos los niveles de la sociedad; frente a las sociedades orientales e incluso frente a los precedentes micénicos, la recuperación de la escritura que se produce hacia el siglo VIII a.C. (quizás ya desde el IX a.C.) será secular y privada. La multiplicidad de operaciones que requería el comercio de emporíe hacía necesario fijar los datos a través de un sistema de escritura. La relación entre los sistemas de escritura griego y fenicio es muy estrecha. Las formas de las letras griegas están adaptadas de las fenicias. Los comerciantes griegos van a adoptar y adaptar a su lengua (con diversos dialectos) la escritura fenicia en un momento en que la estructura organizativa fundamental sigue siendo el clan, sin que exista aún un Estado organizador y controlador de la escritura, como sucede en Oriente.
Esto va a traducirse en un importante avance del pensamiento lógico, puesto que la escritura va a servir para fijar los datos en múltiples familias a la vez, permitiendo de este modo una contraposición lógica de los conceptos que era impensable en las estructuras estatales palaciegas, donde imperaba el pensamiento único. Este dia-logos, esta contraposición de ideas previamente fijadas físicamente con la escritura, era prácticamente imposible en la oralidad que caracterizaba al pensamiento mítico-simbólico, que seguirá siendo predominante no obstante durante muchísimo tiempo. Sin embargo, la importancia que esta introducción de la escritura desde abajo iba a suponer para el desarrollo del individualismo y de la reflexión lógica entre los griegos queda fuera de toda duda. Además, hay que tener en cuenta que con los griegos el dibujo o escritura de las letras pierde los pocos elementos de referencia a la realidad física dibujada que mantenía el mundo fenicio (por ejemplo, la letra aleph, llamada por los griegos alfa, representaba aún la casa), permitiendo representar exclusivamente sonidos, por lo que el nivel de abstracción posible era mucho mayor, pasando a dibujarse directamente conceptos puros y estableciendo el distanciamiento entre la persona y un pensamiento que vive en la escritura con independencia de quien lo haya emitido, permitiendo así un diálogo mucho más profundo del hombre consigo mismo y poniendo las bases de una cultura visual (frente a la oral) que ha ido dominando, con su lógica implícita, progresivamente a nuestro mundo (hasta empezar a cambiar de nuevo con la invención de la radio y la televisión, donde oralidad –sólo unidireccional- y visualidad tienden a equilibrarse y con ello a dar paso a nuevas formas de pensamiento menos estrictamente racionales y más emocionales, potenciadas por la informática y las redes telemáticas, con la posibilidad de acceso a una realidad virtual).
La tendencia a la contraposición de logos a mythos- reforzada por la reaparición de la escritura- conllevó a una alteración del concepto de tiempo (del eterno presente a una ordenación lineal, que propiciaría, andando el tiempo, el nacimiento de la historia o racionalización del pasado a partir de las genealogías escritas) y del concepto de espacio (lógico y homogéneo, distinguible sólo cuantitativamente y no cualitativamente como sucedía en la concepción mítica); no por casualidad es en este momento, como hemos dicho antes, cuando aparecen los primeros templos dentro de un espacio cerrado y definido (delimitación entre espacio sacro y profano). Como vemos, en la Historia, igual que en los sistemas caóticos de las ciencias de la Naturaleza, un mismo fenómeno puede ser estudiado como causa y como consecuencia simultáneamente.
Parece bastante claro en cualquier caso que en Grecia la alfabetización fue responsable de la mayoría de los cambios de la época arcaica: del movimiento hacia la democracia, el desarrollo del pensamiento lógico y racional, el escepticismo, el crecimiento del individualismo y la alienación personal y la sustitución de las primitivas vías mitopoyéticas de aproximación al pasado por la labor de la historiografía crítica. El factor fundamental en este proceso, como se ha apuntado, fue el hecho de que la alfabetización fijara de modo permanente y pusiera al alcance de una audiencia mayor las descripciones antes variables: las evasiones y reinterpretaciones de la tradición oral cesaron y la brecha resultante entre las afirmaciones escritas y la experiencia real condujo a la formación de un enfoque crítico de la vida, basado en una noción de la racionalidad esencial de todos los aspectos de la realidad pública y privada. Importante también es el hecho, que queremos volver a subrayar, de que la escritura griega se desarrolló en una atmósfera secular (no religiosa) y desde un principio se utilizó para actividades seculares sin quedar restringida en manos de un grupo privilegiado. De hecho, el mundo griego no conoce el fenómeno de unos dogmas religiosos fijados por escrito; de ahí la movilidad, la capacidad de adaptación de los mitos a cualquier circunstancia y la ausencia de herejías (al estar ausentes las barreras de una escritura que fije lo que es lícito frente a lo que no lo es).
G. Chic García, El mundo mediterráneo arcaico. Apuntes para la comprensión de una época. Padilla Libreros, Sevilla, 2003, pp. 67-69.
A diferencia de lo que ocurre en otras sociedades, donde está ligada a los templos y tiene carácter público, la escritura en Grecia no es ahora un monopolio exclusivo de las clases dirigentes, sino que penetra desde abajo, llegando así prácticamente a todos los niveles de la sociedad; frente a las sociedades orientales e incluso frente a los precedentes micénicos, la recuperación de la escritura que se produce hacia el siglo VIII a.C. (quizás ya desde el IX a.C.) será secular y privada. La multiplicidad de operaciones que requería el comercio de emporíe hacía necesario fijar los datos a través de un sistema de escritura. La relación entre los sistemas de escritura griego y fenicio es muy estrecha. Las formas de las letras griegas están adaptadas de las fenicias. Los comerciantes griegos van a adoptar y adaptar a su lengua (con diversos dialectos) la escritura fenicia en un momento en que la estructura organizativa fundamental sigue siendo el clan, sin que exista aún un Estado organizador y controlador de la escritura, como sucede en Oriente.
Esto va a traducirse en un importante avance del pensamiento lógico, puesto que la escritura va a servir para fijar los datos en múltiples familias a la vez, permitiendo de este modo una contraposición lógica de los conceptos que era impensable en las estructuras estatales palaciegas, donde imperaba el pensamiento único. Este dia-logos, esta contraposición de ideas previamente fijadas físicamente con la escritura, era prácticamente imposible en la oralidad que caracterizaba al pensamiento mítico-simbólico, que seguirá siendo predominante no obstante durante muchísimo tiempo. Sin embargo, la importancia que esta introducción de la escritura desde abajo iba a suponer para el desarrollo del individualismo y de la reflexión lógica entre los griegos queda fuera de toda duda. Además, hay que tener en cuenta que con los griegos el dibujo o escritura de las letras pierde los pocos elementos de referencia a la realidad física dibujada que mantenía el mundo fenicio (por ejemplo, la letra aleph, llamada por los griegos alfa, representaba aún la casa), permitiendo representar exclusivamente sonidos, por lo que el nivel de abstracción posible era mucho mayor, pasando a dibujarse directamente conceptos puros y estableciendo el distanciamiento entre la persona y un pensamiento que vive en la escritura con independencia de quien lo haya emitido, permitiendo así un diálogo mucho más profundo del hombre consigo mismo y poniendo las bases de una cultura visual (frente a la oral) que ha ido dominando, con su lógica implícita, progresivamente a nuestro mundo (hasta empezar a cambiar de nuevo con la invención de la radio y la televisión, donde oralidad –sólo unidireccional- y visualidad tienden a equilibrarse y con ello a dar paso a nuevas formas de pensamiento menos estrictamente racionales y más emocionales, potenciadas por la informática y las redes telemáticas, con la posibilidad de acceso a una realidad virtual).
La tendencia a la contraposición de logos a mythos- reforzada por la reaparición de la escritura- conllevó a una alteración del concepto de tiempo (del eterno presente a una ordenación lineal, que propiciaría, andando el tiempo, el nacimiento de la historia o racionalización del pasado a partir de las genealogías escritas) y del concepto de espacio (lógico y homogéneo, distinguible sólo cuantitativamente y no cualitativamente como sucedía en la concepción mítica); no por casualidad es en este momento, como hemos dicho antes, cuando aparecen los primeros templos dentro de un espacio cerrado y definido (delimitación entre espacio sacro y profano). Como vemos, en la Historia, igual que en los sistemas caóticos de las ciencias de la Naturaleza, un mismo fenómeno puede ser estudiado como causa y como consecuencia simultáneamente.
Parece bastante claro en cualquier caso que en Grecia la alfabetización fue responsable de la mayoría de los cambios de la época arcaica: del movimiento hacia la democracia, el desarrollo del pensamiento lógico y racional, el escepticismo, el crecimiento del individualismo y la alienación personal y la sustitución de las primitivas vías mitopoyéticas de aproximación al pasado por la labor de la historiografía crítica. El factor fundamental en este proceso, como se ha apuntado, fue el hecho de que la alfabetización fijara de modo permanente y pusiera al alcance de una audiencia mayor las descripciones antes variables: las evasiones y reinterpretaciones de la tradición oral cesaron y la brecha resultante entre las afirmaciones escritas y la experiencia real condujo a la formación de un enfoque crítico de la vida, basado en una noción de la racionalidad esencial de todos los aspectos de la realidad pública y privada. Importante también es el hecho, que queremos volver a subrayar, de que la escritura griega se desarrolló en una atmósfera secular (no religiosa) y desde un principio se utilizó para actividades seculares sin quedar restringida en manos de un grupo privilegiado. De hecho, el mundo griego no conoce el fenómeno de unos dogmas religiosos fijados por escrito; de ahí la movilidad, la capacidad de adaptación de los mitos a cualquier circunstancia y la ausencia de herejías (al estar ausentes las barreras de una escritura que fije lo que es lícito frente a lo que no lo es).
G. Chic García, El mundo mediterráneo arcaico. Apuntes para la comprensión de una época. Padilla Libreros, Sevilla, 2003, pp. 67-69.
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